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¡Tɪᴇᴍʙʟᴀ ᴀɴᴛᴇ ᴇʟ sᴀɴɢᴜɪɴᴀʀɪᴏ ᴀᴍᴀɴᴇᴄᴇʀ! ♡ (๑˃̵ᴗ˂̵) [ Only Rp ]
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¡Gracias por aceptar, rol cuando quieras!
Tooe1579500 thinks you are Clumsy.
saludos gracias por aceptar la solicitud
gustaría hacer una historia ?
Nunca es tarde para recuperar el tiempo perdido —esta vez va a abrazarla tan fuerte como pueda y da igual cuánto proteste [?]—¡Feliz cumpleaños, mi niña!

— Hmmm.
Parecía haber visto, en ella, algo desagradable; el cómo frunce la nariz y el ceño refuerzan el gesto.

— Despides la misma esencia que aquél perro. Y esa mujer. No me digas que...
¿Quién eres tú, mocosa? Me eres desagradablemente familiar.
User1576008 · 26-30, M
User1576008 thinks you are Awesome.
KagomeHigurashi1566345 thinks you are Adventurous.
User1576008 · 26-30, M
Pues siento decepcionarte, niña, pero jamás escuché ese nombre —algo en ella le resultaba tan familiar que le frustraba no saber nada. Ya que aparentemente ella también había adoptado una actitud más calmada, el semi demonio se resignó a volver a guardar su espada, en un acto de ciega confianza que a nadie le dio tan fácilmente antes, mucho menos cuando todas las pruebas ante sus ojos indicaban que esta niña había tenido algún tipo de contacto con Kagome. Todo era demasiado sospechoso, ¿quién era ella en realidad? ¿Por qué le inquietaba tanto? Y eso no necesariamente quería decir que algo malo le había pasado a la joven, ¿o sí? Algo en su interior le decía que ella estaba bien.

De cualquier forma, estaba listo para arrojarse hacia el otro lado del pozo en cualquier momento, de ser necesario.

¿Un regalo? —cuestionó incrédulo, mirándola hacerse con su oreja—. ¿De quién? —agregó a pesar de que estaba la posibilidad de que la muchachita estaría mintiendo, y era lo más seguro. Tenía toda la pinta de ser una charlatana.



Cuanto más vueltas le daba al asunto, más fácil era colmarle la paciencia. Su ceja se elevaba casi como si fuera un tic, una advertencia.... — ¿¡QUIÉN ESTÁ GRITANDO, NIÑA TONTA?! —rugió, mostrando sus garras en el aire por un momento antes de dejarse caer al suelo en posición de loto y con los brazos cruzados a la altura de su pecho, desviando la mirada hacia otro lado para no verla más y evitar hacerse tantas preguntas con cada gesto suyo, sus expresiones, sus ojos... Incluso llegó a pensar que se estaba burlando de él al hablar igual—. Vamos, sólo dime de dónde has sacado esa mochila —dijo en un tono más calmado.
User1576008 · 26-30, M


Había desenvainado su Tessaiga, mas no se vio en la necesidad de mostrar su verdadero poder, ni siquiera su verdadera forma al ver que sólo se trataba de una niña. Aún así había separado sus piernas lo suficientemente adoptando una posición de ataque. Sólo siguió apuntándola con su arma cuando la chiquilla desenvainó la propia, con sólo una rápida ojeada pudo casi jurar que era una de las obras de del anciano Totosai. No se sintió amenazado por ella, en sí, todo era verdaderamente extraño.

¡¿Por qué tienes tú la mochila de Kagome?! —señaló la mochila de tamaño colosal, repleta de todas las cosas que Kagome solía llevarle cada vez que regresaba de su mundo—. Y quita esa cara de no saber nada, ¡¿qué hiciste con ella?! ¡¿POR QUÉ TIENES SU OLOR Y SUS COSAS?! —gritó confundido, más que furioso. El no poder apartar su mirada de la azabache era en realidad por el enigma que representaba que no sólo era el olor de Kagome el que desprendía (y no precisamente de sus ropas o por la mochila, bien lo sabía), ese olor venía de su interior. Y en su sangre también podía reconocer el propio y una energía demoniaca, aunque no la suficiente para ser mitad bestia— . ¿Moroha? ¡Já! ¡Nunca he escuchado semejante nombre! —dijo sabiendo bien que eso dañaría el orgullo de alguien que era tan joven para poseer tal arrogancia y seguridad en sí misma para retar a alguien como él—. Si me dices dónde está Kagome no voy a lastimarte —y más que por no poder hacerlo era porque no quería hacerlo. No deseaba pelear con ella.

El hanyou estaba por volver a guardar a Tessaiga en su funda cuando reparó en otro par de detalles en el aspecto de la joven. Señaló hacia la cabeza de la chiquilla — ¿De dónde has sacado ese moño? —le resultaba de lo más familiar, así como sus prendas, que eran hechas por la misma piel que las propias.

Su semblante había cambiado, estaba dispuesto a dejar la ira de lado por un momento y adoptar una expresión un tanto más seria.