*Sin palabras, lanzó un dardo enteramente negro hacia el papel. Su puntería perfecta no lastimaria los dedos de la mujer ni mucho menos algo cercano, solo ese era su punto, su blanco.*

— ¿Sabes que pensé que estaba cambiando? Me aleje de todas ellas porque pensaba quedarme contigo. Pero lo que dijiste anoche, en el lugar que te conocí, fue... decepcionante.—