Emite una corta risa desde el fondo de la garganta, que se apaga tan pronto como inicia la inspección.

Estar cerca o estar lejos, ninguna situación podía favorecerla en un espacio tan cerrado y la verdad no quería llevarse a la boca carne tan fresca como esa. — Es sanadora y puedo entenderlo, solo herramientas de lucro para beneficios de otros, desechables. No se preocupe, no quiero que sane este cuerpo. — Y para darse credibilidad al asunto, jugueteo con su boca haciendo gestos y sonidos chiclosos dentro de esta.

Finalmente escupe algo cerca del cesto de basura, el trozo de mejilla interna queda pegada en el suelo hasta volverse marchita como las plantas secas luego de años bajo la lluvia y el sol. — Quiero otra cosa, un corazón nuevo. Usted debería ser capaz de hacerlo, créame que preferiría no meterme en su cabeza a la fuerza tengo respeto por su profesionalismo.—