Podía entender aquello que atormenta su cabeza y el olor de los calmantes estaba presente por esa recepción. Por mucho o tal vez nada, sus intereses son más natos sobre lo que puede desarrollar bajo la guía correcta.

Llamo su atención el rumbo que toman sus manos, una sonrisa ladina se muestra sobre el espectro de sus labios está seguro que más de uno ha intentado asesinarlo así que la curiosidad tocó a su puerta. — Si te place intervenir usando tus conocimientos también es válido, solo necesito un órgano vivo y totalmente nuevo; aunque uno mecánico, tal vez... — Odiaría acudir a ese término pero tener un repuesto por « si algo » también era parte de sus estrategias.

La observó invadiendo su espacio personal postulado de frente a la rubia, metió la mano en el bolsillo pero no con intención de ir tras su mano, si no aquello que guardo con recelo y que reveló una vez entre sus dedos contra el alumbrado. — Tomaré esto podría ser útil para mis juegos.—

La culpa volvió a ella, odiosa; era una emoción con la que vivía día a día, pues muchos habían caído en su búsqueda de conocimiento. Miró su mano con duda. Era cierto que andaba por el mundo en búsqueda de conocimiento, pero hacerlo a consta de otros le trajo las pesadillas que trataba de evitar con medicamentos.

Pero, en esta ocasión, no parecía tener opción.

No tomó su mano. Se llevó ambas propias a los bolsillos de su falda, guardando la ampolleta que había tomado momentos antes para <<defenderse>> de haber sido necesario, y dio un pequeño suspiro de resignación.

—Está bien. —Mascuyó, en un tono un tanto neutro. Practicado. —En ese caso, solamente tiene que decirme lo que debo hacer, ¿cierto?

Fue a dar en un apartado donde la luz de las lamparas es más tenue y allí recargo su espalda obstaculizando la salida principal, su rostro giro a la derecha escuchando atentamente la voz femenina, ligeramente extraña o muy acostumbrada a « esos » que cruzan toda lógica.

No era la respuesta que esperaba, cerro los ojos cruzando ambos brazos. — Nunca es una palabra que no debes utilizar a la ligera, estas sobre estimando tu potencial. — Chasqueo la lengua con molestia. — Se puede, desafortunadamente no estoy en mis cabales para hacerlo por mi cuenta « y tú ayuda es muy necesaria » . — Se sincera. — Estoy cansado de buscar un recipiente o de esperar siglos para que nazca uno con potencial. Además, entre más conocimiento tengas... ¿No es mejor para ti?. — Le ofrece extendiendo una mano. — La capacidad de superar tus limites y quitarte esas ataduras tan molestas. —

—Yo no...

Retrocedió un poco. Le causaba, internamente, asombro y un tanto de temor lo que acababa de ver; no le era inusual, a pesar de todo, pero su cuerpo estaba tan adormecido que su rostro no mostró más que esa serena curiosidad. Estaba segura de que eso iba a causarle bastante daño en algún punto. Sin embargo, a pesar de todo, se veía a la necesidad de serle sincera a... lo que fuera ese ser.

—Nunca he creado órganos biológicos. —Dijo, tras unos momentos de meditarlo. —He reparado órganos, les he puesto partes mecánicas... incluso he podido colocar un órgano completamente mecánico a un ser vivo. Pero, hacer de la nada un órgano biológico está muy fuera de mis capacidades, y de las de cualquier persona que exista actualmente.

Emite una corta risa desde el fondo de la garganta, que se apaga tan pronto como inicia la inspección.

Estar cerca o estar lejos, ninguna situación podía favorecerla en un espacio tan cerrado y la verdad no quería llevarse a la boca carne tan fresca como esa. — Es sanadora y puedo entenderlo, solo herramientas de lucro para beneficios de otros, desechables. No se preocupe, no quiero que sane este cuerpo. — Y para darse credibilidad al asunto, jugueteo con su boca haciendo gestos y sonidos chiclosos dentro de esta.

Finalmente escupe algo cerca del cesto de basura, el trozo de mejilla interna queda pegada en el suelo hasta volverse marchita como las plantas secas luego de años bajo la lluvia y el sol. — Quiero otra cosa, un corazón nuevo. Usted debería ser capaz de hacerlo, créame que preferiría no meterme en su cabeza a la fuerza tengo respeto por su profesionalismo.—

—Porque es lo que todos los que se me acercan hacen...

Se extrañó por el comportamiento del hombre que tenía delante... ¿Era un hombre? Su curiosidad fue mucho más fuerte que su temor por su propia vida, por lo que se acabó acercándose para observarlo con mayor detenimiento.

—El tejido se está deteriorando... Puedo solicitarlo, de forma momentáneamente. —Dijo, más pasa si misma que para el sujeto que tenía delante.— Pero cada semana sería... Recibir el tratamiento, mientras mejoro el suero...

Fue irrelevante para ella la pregunta que le hizo, se limitó a ajustar en su mano la ampolleta que guardaba.

— ¿Por qué te daría caza?. — Hubo un cambio repentino, se había hartado « de la amabilidad » con la que ese cuerpo manejaba las situaciones y ahora que lo puso a dormir podía estar a sus anchas; aunque el tiempo de vida se estaba cortando y eso podía verse en las ojeras , « inesperadamente » parte de su rostro comenzó a sangrar sin explicación. — No me queda mucho tiempo y la verdad, no quiero repetir la secuencia de encontrar un recipiente nuevo. —

Se limpio con la palma abierta toda esa mancha que recorre desde la frente hasta la quijada. — Lo que sea que intentes « no funciona » piensa dos veces si te conviene. — Podía llevarla a rastras de querer, pero le daba favoritismo a las herramientas útiles y a las que no... Solo las cosechaba. — Si me favoreces. ¿Qué es tu mayor anheló?.— Cuestiona.

Miró a los lados, mientras deslizaba un poco los dedos por el anaquel que tenía a sus espaldas, buscando <<algo>> con la yema de los dedos; su rostro se volvió un poco más sincero, ligeramente inquieto, mientras encogía un poco los hombros.

—¿Que desea de mi? —Susurró, en un tono demasiado suave, incluso dulce. —¿Acaso viene también a darme caza? O, por el contrario, viene por parte de alguien... Particular. Verá... Solo soy un médico muy... Perseverante. Podría decirse de esa manera.

No sabía exactamente si ese sujeto provenía de los "jefes" a los que ayudaba en la noche, o peor aún, los que buscaban sus estudios, su nanobiotecnología. Sus dedos se afianzaron a algo cristalino, finalmente.

Se sintió frustrado por la sonrisa « que su ego no esperaba » pero no podía matarla, ese no era el motivo de su visita si no el método que había usado para hacer que una porción (aunque fuera diminuta) cambiará el estilo de vida salvaje por algo tan simple. — Podemos ser sinceros ni que fuera a matarte. — Tomó libremente asiento sobre la silla que da al escritorio de esas que giran en su propio eje para que este se entretenga con algo. — ¿Cómo es que les salvas el pellejo.? Sabes, todo el mundo espera que mueran y yo espero poder venir tranquilamente a recolectar sus almas; pero tú haces que sea imposible. Pensarás que es tonto de mi parte. — Inclino la espalda en todo el respaldo y se detuvo.— ¿Cuál es tu precio?. Hay algo que insistente quiero que hagan por mí y tú pareces alguien muy lista para cumplir parte de mis objetivos.—

Se sintió sorprendida, pero no mostró más que una sonrisa diplomática ante la persona que tenía delante de ella; era la primera vez que se topaba de frente con alguien que había <<deducido>> su trabajo con ver a quienes había salvado, sea quienes fueran, sus pacientes de la clínica o los que llegaban en la noche con demasiado dinero y poca esperanza de vida.

—Lo lamento, creo que no estoy comprendiendo. —Exclamó, mientras sus manos bajaban hacia su propia espalda. —¿Es que alguno de mis pacientes, o clientes, le ha hablado de mí? O, ¿por qué asume que he sido yo la que, bueno, interrumpe su... cosecha?