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Nesoi Makarioi/ Rol Privado con Ares
 
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macaria · 26-30, F
Una vez dentro Macaria tardo unos segundo tratando de recuperar el aliento mientras sus ojos impresionados fueron hacia la expresión de Ares, él en cambio parecía emocionado, claro… un dios de la guerra.— Jamás habían atacado los Elíseos, esto es grave.
macaria · 26-30, F
Hasta ahora su existencia era tranquila, aunque era un trabajo duro era muy tranquilo y reconfortante. El ataque fue totalmente inesperado y no tuvo tiempo de pensar sus movimientos, gracias a que Ares evitó que fuese atacada el cuerpo de Macaria cayó con violencia al suelo, ni siquiera sintió el impacto de la rapidez.

Sus ninfas salieron en su dirección debido al alborto— ¡Vayanse de aquí! —ordenó desesperada, lo que menos quería es que salieran lastimadas, Macaria se arrastró en el suelo pensando en algún atajo, por suerte era quien mejor conocía los campos Elíseos.— ¡Sígueme! —dirigiéndose a Ares, su corazón latía rápido pero llegaron fuera de la sala escondiéndose tras un pilar de mármol, sin levantarse para convertirse en presa fácil sacó una llave que llevaba en su muñeca en forma de brazalete, para abrir una losa del piso metiéndose ella primero, el escondite los llevaría a un subterráneo privado.
As1571691 · M
Μακαρία, la bienaventurada, estás en grave peligro ahora mismo.

- Saltó hacia ella como si fuese a taclearla, cualquiera que estuviera de testigo en ese instante pensaría que Ares atacaría a Macaria, con sus acciones lo que hizo fue lograr tumbarla al suelo quedando encima de ella, en cuestión de segundos una inclemente lluvia de flechas comenzó a vislumbrarse por todo el recinto clavándose con violencia en las paredes, de no haber reaccionado a tiempo, alguna de estas hubieran atravesado a la Deidad del Inframundo, ya que por la velocidad en las que se aproximaban, se evidenciaba que no habían sido lanzadas por arqueros normales. -

Debemos salir de aquí lo más pronto posible, tenemos que dirigirnos hacia la ubicación del anillo, pero solo tú eres la única que puede abrir el templo dónde yace escondido.

- Trató de mantenerla protegida con su escudo espartano, mientras agachados buscaban un lugar por dónde escabullirse. -
macaria · 26-30, F
Se movió por la habitación con pasos ligeros, preguntandose porque no habría ido el Androfontes directamente con el rey del Inframundo si aquella afirmación era cierta pero decidió callarse ese pensamiento, plantándose frente a el Dios.— Ares, si has venido hasta acá es porque aquel anillo está en peligro ¿no es así? quiero que sepas que todo lo que concierna al Hades y a mis adoradas islas es de suma importancia y aceptaré cualquier desafío que se aproxime.
macaria · 26-30, F
Por supuesto que había escuchado de la guerra, la Titanomaquía formó parte importante de su crecimiento y aprendizaje y no le sorprendía que la deidad de la guerra fuese conocedor de aquella historia. El semblante de Macaria cambió, sus miedos y paranoia no tenían cabida en ese momento pero no pudo evitar pensar en su padre y en su obvia decisión de dejarla a cargo de las islas, sin duda estaba atónita.
— ¿Qué dices…? algo de tanto poder… —interrumpió sus palabras y observó con atención a Ares, mientras se levantaba de su asiento para servir más vino en su copa y poder absorber la noticia. Es verdad que Macaria siempre había sido una figura responsable y cumplida en todo sentido de la palabra pero las noticias de aquel anillo la había desequilibrado de su siempre calmado semblante.—
As1571691 · M
Para evitar entrar en desacuerdos, decidieron que ningún Reino lo usaría, ningún Dios lo portaría, así que acordaron resguardarlo en terreno neutral, un lugar dónde se sabe nunca habría conflicto. Una hermosa Isla, tan calma y tan tranquila que solo gente buena y merecedora de lo que hizo en sus otras vidas lograría habitar, un lugar del que nadie sospecharía. Un lugar dónde la Deidad de la muerte bendita gobernaría.

As1571691 · M
Como bien te contaron, Zeus usurpó el título de Dios supremo de Cronos. Esta traición había dado origen a la Titanomaquia. El ejército de Cronos tenía de general al invencible Atlas, al saberlo, mi padre buscó refuerzos en el tártaro liberando a los poderosos cíclopes, estos por gratitud forjaron armas formidables para los Dioses.

Zeus recibió los truenos y relámpagos.
Poseidón recibió el tridente capaz de controlar la furia de los océanos.
Hades recibió el Yelmo del terror, que le daba el poder de la invisibilidad.

Sin embargo, lo que los tres reyes resguardaron como secreto en caso de tener que usarlo como última medida por si la guerra se complicaba, era un anillo forjado con los mejores metales que contenía el poder de ellos mismos. Un poder tan devastador capaz de erradicar al universo entero.

macaria · 26-30, F
Observó con asombro la escena frente a ella, no todos los días el Dios de la guerra se presentaba frente a ella y daba tal espectáculo, no pudo evitar sonreír un tanto divertida pero logró mantener la compostura asintiendo levemente con la cabeza mientras el Dios le daba las gracias. Desde su llegada estaba claro que está no era una visita social, la princesa alzó su diestra despidiendo a las ninfas para que los dejasen solos. Adoptando una postura más cómoda tocó por primera vez desde que su invitado había llegado, la copa de vino llevándola a sus labios para beber un sorbo.— ¿Suma relevancia? —enarco ligeramente una de sus cejas inclinando involuntariamente su cuerpo hacia él con interés por lo que tenía que decirle.— Bueno, soy toda oídos.
As1571691 · M
- Tomó la ánfora de vino como si fuese su propia copa y decidió beberla directamente sin medir protocolo de educación o cortesía alguna, hasta haberla terminado por completo sin dejar una sola gota. - ¡¡Aaaah!! Que buena cosecha, este sabor característico solo podría provenir de la vid de Dionisio. - Se paseó el antebrazo por su boca limpiando toscamente cualquier vestigio del delicioso néctar que había consumido. - Parece ser que gobiernas mejor que algunos Dioses incompetentes. - Refiriéndose a Zeus y a Hades. - En todo caso, no vine a disfrutar de las comodidades de la isla. Hay un asunto importante que es de suma relevancia para ti. - Miró a los alrededores dándole a entender a Macaria que prefería privacidad ante lo que tenía que contarle. -

macaria · 26-30, F
Macaria esbozo una sonrisa cautelosa y asintió con su cabeza en ademán de bienvenida, mientras se sentaba con las manos apoyadas sobre su regazo dedicándole su típica mirada vacilante.— Sólo si se han portado bien, después de vivir sus reencarnaciones heroicamente creo que se lo han ganado. —hizo una ligera pausa invitando al Dios a sentarse, generando un encuentro más agradable. Las ninfas llegaron una detrás de la otra con bandejas repletas de bocadillos y bebidas— Bienvenido seas Ares. —
el intercambio de energías era fuerte, mucho más de lo que había compartido con otros dioses, pero nada que no pudiera manejar.

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