Lo hago porque de alguna estoy atado a ello.. Nací con la extraña habilidad de ver fantasmas.. Entre otras cosas.-Tomo asiento cuando ella se lo indicó mirándole servir aquello que parecía ser alguna bebida desconocida-
Había escuchado de los humanos que ejercían aquellos rituales pero nunca se había cruzado con uno, aunque para ser justos; Macaria no se cruzaba con muchos vivos. — Así que exorcista, ¿puedo saber si lo haces por libre albedrío o bajo las órdenes de un tercero? —le indico que podía sentarse en uno de los sillones aterciopelados con su diestra, mientras servía un poco de néctar
Soy exorcista. -Respondio con calma aunque estaba acostumbrado a las malas miradas o preguntas irónicas sobre su profesión poco común.- Esta bien descuida no te disculpes..
— ¿Ah si? pues ¿qué es lo que haces? —mantuvo la sonrisa en su rostro ladeándolo. Su expresión se hizo un poco avergonzada, recordando que no lo había invitado a sentarse.
— Disculpa, no estoy acostumbrada a las visitas y no suelo ser el mejor anfitrión. ¿Quieres algo de tomar? No te preocupes, no tiene ninguna trampa y puedes beber sin preocupación...
Estoy familiarizado con presencias sobrenaturales..-Llevo sus manos a sus propios bolsillos mirandola con calma- Algo así..-Respondio finalmente la marca en su brazo derecho parecía molestarlo un poco-
— Y además pareces estar cómodo con mi presencia, vaya que eres inusual. ¿Tiene algo que ver el pacto que hiciste con Hades? —preguntó finalmente, sin sentir que invadía su privacidad.
Es lo usual ¿No? Muchas veces algunos no desean irse tan pronto y otros no aceptan que su tiempo se acabo.-Comento con calma a sus ojos la muerte lucia encantadora por supuesto después de todo el siempre coqueteaba con ella al momento de trabajar en su profesión- Si.. si fueron un par de días turbulentos
— ¿Tú crees? usualmente se me llama de otras maneras, recibo más reclamos o sentimientos de desconsuelo. —le comentó y recordó el trato que el hombre hizo con su padre, sentía curiosidad pero no podía meterse en los asuntos del rey tan abruptamente.
— Oh, ¿qué tal te encuentras? Te agradezco, eres muy amable. —no pudo evitar esbozar una sonrisa, no estaba realmente familiarizada con el recibir cumplidos y si lo hacía, tampoco sabía cómo reaccionar a ellos. — ¿Sabías que serías el primero en llamar a la muerte de esa manera?
