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Rol Privado con Zatanna Z.
 
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macaria · 26-30, F
Ambas ignoraban que la energía de la hechicera no había pasado desapercibida por algunas otras criaturas dentro del Inframundo, aunque todos los habitantes respondían y obedecían al rey Hades y en teoría debían respetar a la familia real, nunca faltaba algún rebelde causando estragos. Demonios, vampiros, entre otras criaturas les encantaría hacerse de un alma de alguien como Zatanna.
macaria · 26-30, F
Tomó asiento frente a ella, aunque algo nerviosa no se mostraba así mientras mantenía una postura tranquila, pensando e ideando alguna forma en que la chica recuperara la memoria. Evadió su pregunta sobre si podría salir eventualmente, claro que podría hacerlo pero a la princesa no le gustaba prometer cosas de las que no tenía una certeza total.— Vaya eso es muy interesante. —dijo con tono sincero mientras acomodo sus codos sobre la mesa, Macaria la observaba como si se tratara de un show muy entretenido cuando la idea golpeó su cabeza.— Creo que ya se como puedo ayudarte a recordar, pero tendrás que darme permiso de conocer tu energía y tu alma completa. De esa forma sabré por lo que pasaste.Percibía la cautela de su contraria, pero no le quedaba otra opción más que confiar en ella.
Zatanna1567587 · 26-30, F
...

Pero ¿podré salir de aquí eventualmente? — Parpadeo un par de veces alejando la mirada de Macaria mientras se estira para tomar una galleta con su mano, era mejor tener algo en el estómago pues al parecer salir de ahí sería bastante complicado.
Llevo la galleta hasta su boca, dando un bocado de ella mientras observa hacia una pared, perdida en sus pensamientos, hasta que una voz los interrumpe y alza la mirada hacia quien la emitía.—


Uh, sí, lo soy, bueno soy descendiente de una raza llamada homo-magi, manipulamos la magia pues somos uno mismo con ella.
Zatanna1567587 · 26-30, F
Uh, si está bien, perdón si actuo un poco confundida pero... todo esto es muy nuevo para mi, digo, he visto cosas inexplicables pero... — Se queda callada un momento, cada una de sus palabras salían mientras seguía a la joven hasta la barca y finalmente subir en ella. — ... me sigue sorprendiendo todo esto.

— Antes de entrar a la casa, ella dio un último vistazo al panorama de la isla, no sabía dónde estaba pero aquella vista era sin duda hermosa, sentía que si dejaba de mirar hacia aquellas praderas estas se irían. Después de unos segundos al fin entro, observo la decoración del lugar, los colores y hasta el más mínimo detalle.
Una vez que la contraria empezó a hablar, la azabache fija su mirada sobre ella, mientras escuchaba y procesaba aquella información se fue sentando poco a poco sobre una silla que tenía cerca. —


...
macaria · 26-30, F
— Entonces … ¿eres alguna clase de hechicera? —preguntó con curiosidad .
macaria · 26-30, F
Entraron a una casucha, la decoración no era ostentosa pero tampoco sencilla, la luz era tenue, ni muy luminosa ni estaban en completa oscuridad, mientras la princesa buscaba algo que pudiera comer, no podía darle algo que fuera del inframundo o Zatanna no saldría nunca de ahí.— ¿Cómo puedo decirlo de una manera sencilla? —pensativa, la invitó a sentarse en una pequeña mesa mientras le ofreció fruta y algunas galletas.— Estás en un lugar donde termina la vida mortal y empieza la eternidad. Este es el Inframundo. —dijo con cuidado, sabía que no era información fácil de digerir.— Y específicamente llegaste a las Islas de los Bienaventurados, donde todas las almas puras y heroicas llegan para disfrutar de una pacífica y perfecta eternidad. Es por eso que no me explico cómo pudiste llegar, yo soy la única que puede llevarlas ahí. —pausó para comer una uva y continuar, realmente la mortal intrigaba a Macaria.
macaria · 26-30, F
Las únicas diosas que conocía que manejaban la magia eran su hermana Melínoe y la diosa Hecate quien había enseñado a Macaria uno que otro hechizo para cumplir con su trabajo como diosa de la muerte bendita. Si Zatanna manejaba la magia entonces debía ser algo fuerte para poder llevarla al Inframundo. Hizo un ademán para que la siguiera al muelle, normalmente estaría Charon en la barca pero dado que estaban en las islas, Macaria era la encargada de llevar a los héroes a la isla.— Disculpa que no nos quedemos aquí pero los mortales no están permitidos y me metería en problemas. —eso, sin mencionar que Zatanna podría experimentar emociones nada agradables y abrumadoras pero decidió guardarse esa información. Llevó a la chica en la barca a un lugar intermedio para que las energías no fuesen demasiado fuertes.
Zatanna1567587 · 26-30, F
— Aunque aún sentía un tanto de calma recorriéndola, también empezaba a sentir ansiedad, no le gustaba sentirse tan confundida y desorientada, no le gustaba estar fuera de control. Al escuchar el nombre de la mujer que estaba frente a ella, la ansiedad aumentaba un poco más, si no mal recordaba ese nombre estaba ligado al inframundo pero decidió permanecer calmada antes de alterarse más. — Hola Macaria... — Permaneció en silencio mientras recorría el lugar con la mirada una vez más. Si no estaba muerta entonces ¿qué había pasado? Agradeció que la contraria empezara a hablar de nuevo, pues ella no tenía mucho tema de conversación. — Uhm, comer estaría perfecto, seguro si me ayudará.... Y lo último que recuerdo es estar recitando un hechizo, después un dolor inmenso y termine apareciendo aquí ...
macaria · 26-30, F
— Uh ¿quieres algo de comer? así tratas de recordar como llegaste aquí...—dijo con tono afable, comer siempre le levantaba el ánimo.
macaria · 26-30, F
Era imposible que una mortal estuviera por ahí caminando como si nada pero parecía confundida y tampoco indicaba que fuese una amenaza para Macaria o para las islas así que la princesa se relajo un poco y esbozó lo que sería una sonrisa incómoda.— Hmm hola Zatanna, mi nombre es Macaria. —no podía quitarse la confusión de su cabeza pero también notó algo extraño en ella, era mortal eso era obvio pero no cualquier humano, notó que la chica también estaba confundida e intranquila.— Oh cariño, no te preocupes no estás muerta. No sé cómo es que llegaste pero no puedes estar aquí. —mordió su labio inferior con ademán pensador ¿cómo le diría o trataría de explicarle que estaba en un reino en el Inframundo sin asustarla?, lo que era seguro es que tenía que sacarla de las islas y llevarla lejos de las almas al igual que debía modificar su energía para evitar abrumarla.

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