La vista de Hades se mantenía fija en Poseidon, como una presa esperando el ataque del cazador. Desconfiaba de su hermano y su rígida postura indicaba lo alerta que estaba. De reojo veía a sus hijas, las cuidaba de cualquier avance que el rey de los océanos pudiera hacer.

—Melinoe, Macaria. No lamento en lo absoluto que no hayan conocido antes a su... tío. El es Poseidon, rey de los mares. Por eso parece que no se ha bañado en siglos. —