Tranquila, Quinto Espíritu. He venido en son de paz y más después de la primera vez que nos conocimos -El cecaelia se mostraba algo desganado, acercándose sin temor alguno hacia la mujer. Tenía muy en claro que ella era mucho más poderosa en magia y fuerza, por lo que no iba a perder su tiempo intentando retenerla. - Lindo caballito de agua, por cierto. Pocos logran domarlo. Es una cualidad que no debe de ser difícil para el Quinto Espíritu, no es así. Bueno, bueno. Vayamos al grano. - Joe se sentó sobre una gran roca que estaba a orillas de las aguas, mirando a la mujer. - Quiero que me muestres tu poder... - Su voz se tornó fría y seria, mirándole con una sonrisa siniestra.