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Era curioso, demasiado en verdad como Khaal no había abandonado esas malas costumbres que tenía al ocultar cosas, sus gestos y muecas que hacía al querer detenerse de decir algo indebido no habían cambiado aún con el paso de los años; fueron cosas que Jaz'er reconoció, sabía que habría algo que Khaal guardaba más sabia que insistir era algo contraproducente así que simplemente siguió el hilo de la conversación. — Así que no puedo ingresar Khaal, jamás hubiera pensado que un Dios necesitará el permiso de alguien más para ir a donde le plazca, debo suponer que ese rey debe ser entonces alguien superior a ti en todo aspecto ¿No Khaal? Aún más curiosidad me da ahora considerando eso. — Se separó entonces de Khaal, observó el movimiento de la melena ajena prestando atención a sus movimientos mientras se encontraba calmado; por lo menos así fue hasta que menciono a las susodichas "Mapachitas". Era bien sabido el lado libidinoso de Jaz'er y que compartía de igual manera con Khaal, una de la pocas cosas en las que coincidían en gustos pero que a ciencia cierta disfrutaban como lo que más. — ¿Mapachitas? Ajam, creo que como has dicho debemos hacer una exhaustiva revisión en ese establecimiento, un Dios como yo debe asegurarse que sea un lugar seguro y agradable. Guíame ahí Khaal y disfrutemos... Digo, auditemos ese establecimiento de manera rigurosa.—