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eating c u p c a k e s
 
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kyoko · 18-21, F
Lily.. bajita y de cabello largo.. **Ponía un dedo en sus labios rítmicamente mientras pensaba, manteniendo los codos sobre la mesa (solamente porque ella ya no estaba comiendo).** No, no la recuerdo.. **Y le sonrió ampliamente en esa pausa.** Quizás no la he visto porque me la paso o en clases o con mis nuevos amigos ¿me la presentarás algún día formalmente? quiero saber si es la mujer para un guapo otou san como tú.
Miyasaki · 46-50, M
Ya estaba más calmado, respiraba con tranquilidad y el color se le había regresado a la cara, pero de buena manera. Comía parsimoniosamente, apenas con pequeños mordiscos.— Está bien, aunque estás muy delgada. ¿Te estás saltando alguna comida? Espero que no. —echó un vistazo a la muchacha, riéndose levemente por el puchero que había hecho, encontrándolo cómico en ella.— Jm, jm, jm. No hace falta, estoy saliendo con alguien ya, hija. —comió un poco más, negando despacio— Seguramente la habrás visto por acá... Bajita de cabello largo y oscuro. Se llama Lily.
kyoko · 18-21, F
**Al final sí apoyó los antebrazos y as manos sobre la mesa para mirarlo comer mientras le sonreía y lo veía hablar. Parecía cómoda en ese lugar.** No gracias recuerda que tengo que cuidar mi figura. **Hizo un puchero con la boca.** ¡Qué aburrido! La gracia de cuando te enojas es que te ves muy bien.. podrías hacerlo para buscarte una esposa.. tengo una compañera de clase y su madre es soltera ¿te la presento?
Miyasaki · 46-50, M
Respiró con tranquilidad, creyéndole esa versión de su historia. A la vez, Mercedes había llegado con una pequeña caja con los dulces que había pedido. Dado a su disgusto, se permitiría comer al menos dos ese día.— Gracias, gracias. —La mujer, alta, con el cabello rizado y piel morena, asintió con un gesto, quitándole importancia antes de irse. Miyasaki colocó la caja en la mesa y sacó una tartaleta de duraznos. — Ahora lo sé, Kyoko, pero no me hagas seguido rabiar o me dará un infarto. ¿Deseas uno? Toma si quieres. —le ofreció, retrocediendo para disfrutar del dulce.
kyoko · 18-21, F
**Volvió los ojos a la normalidad pero sin dejar la sonrisa.** Nos atendió muy bien a mis compañeros de clase y a mi y además nos hizo un descuento.. **El asistente llegó con el dulce para Miyasaki y entonces Kyoko se sintió más tranquila porque quería decir que él ya iba a estar de mejor humor.** ¿Sabías que cuando se te pone la cara roja parece que te ves diez años más joven?
Miyasaki · 46-50, M
Miyasaki ya estaba alarmado cuando le dijo que, en un día de escuela, había ido a un restaurante de parrilladas, ¿y con quién? Su lado paternal le llamaba a hacer más preguntas, a cuestionar e investigar. Estos eran los dolores de cabeza que nunca tuvo con su hijo, y que temía tener si llegaba a tener una hija. Ahora Kyoko le da a una muestra de lo que sería. Sabiendo poco de ella, ya era consciente de que no sabría que creer, pero al menos, en ambas historias habían algo en común. — Y en la historia verdadera, ¿cómo te hiciste amiga del mesero? Cuéntame. —se acarició el bigote, preocupado.
kyoko · 18-21, F
En la escuela me fue bien y comí en un restaurante de parrilladas pero está lejos de casa.. tenían buena comida y me hice amiga de un mesero de allí.. podríamos ir un día ¿qué te parece? **Le estaba esperando a que él comiera y pensaba impaciente.**.. esa es la historia bonita y verdadera, pero si quieres te puedo contar una mentira mucho más emocionante.. como por ejemplo que una compañera de clase intentó acuchillarme porque su ex novio me robó un beso, me culparon a mi y después cuando todos supieron que yo era inocente, el policía que me interrogaba me llevó a ese restaurante y empezó a decir cosas raras.. me hizo pensar que estaba interesado en mi.. trató de abrazarme y ¡zas! **Golpeó la mesa con los ojos bien abiertos.. sonriendo** me hice amiga del mesero porque me protegió ¿qué te parece?
Miyasaki · 46-50, M
El japonés suspiró, cerrando los ojos y llevándose la mano a la nariz, presionando su tabique con el índice y pulgar. Quizás fuese que le faltaba su dosis de azúcar diario, pero estaba más impaciente de lo normal. Así que pasó por alto el comentario sobre su "dulzura", y nuevamente volvió al tema principal, enfocando lo importante.— ¿Dónde has comido, aquí en casa, en la calle? La comida de la calle no es de calidad y debes comer bien si quieres crecer más.— Se inclinó hacia atrás en la silla de su escritorio, descansando la espalda, tamborileando los dedos en la superficie de madera.— ¿Cómo te fue hoy en la escuela?
kyoko · 18-21, F
**Dejó los cubiertos de plata sobre la mesa y se inclinó hacia adelante en la mesa sin apoyar los codos.. enroscando un mechón de cabello en uno de sus dedos.** ¡Te ves muy tierno cuando te preocupas por mi! Dulce dulce como el cupcake. **No estaba tan cerca de él pero parecía que lo miraba con cariño de verdad. Después se echó a reír otro poco y se puso erguida en la silla.** Sí, comí carne antes de llegar aquí y cuando entré y no estabas.. pensé que ese era mi postre.
Miyasaki · 46-50, M
—Uno está bien. —respondió con un tono de firmeza en su voz, apenas mirándola de soslayo. Se había olvidado de la agudeza verbal que tenían los adolescentes, y cómo le costó con su propio hijo.— Dos minutos me tomó el volver, ¿en dos minutos se llena de polvo? Además... —se interrumpió, su asistente había respondido el teléfono.— Mercedes, por favor, solicita otro postre de la panadería. Si. Pide variedad. Gracias. —colgó el teléfono y se volvió a ella, mirándola con el ceño serio.— ¿Has comido nutritivo algo antes de esto?

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