** Ante la emoción de la contraria, éste esbozó una amable sonrisa, aunque realmente no tenía mucha idea de lo que se trataba un té, o una infusión. Tan solo podía comprender que era algo que podía beber y, ante la descripción de la dama, parecía tener un buen sabor,
— Markab... Llámame Markab, señorita.
Reparó el muchacho al tiempo en que mantenia el paso tranquilo para no apresurarla. De hecho, así como ella, el tiempo en el trayecto no fue pesado ni desesperante ya que al parecer la compañía era algo que podía apreciar y algo que distría la atención del acto de preguntar cosas como: "¿Cuanto falta?" **
— Claro que no es una molestia. Solo me sorprende un poco, pero a la vez me da gusto ser la primera en darte de probar un buen té, ya que los míos son muy famosos por ser los más ricos y únicos en su sabor.
Gustosa, apegó la mejilla al brazo del muchacho, era una gran emoción el pensar en que sería su primer cliente que experimentaria el sabor de un delicioso té en su local.
El camino era largo, pero ella lo disfrutaba por la compañía que tenia. Tanto le fascinó que no sintió el tiempo avanzar, de un momento a otro, a la lejanía ya se podía ver el gran y hermoso terreno de la casa del té, el jardín de las siete lunas.
** Camino a su lado con ella aferrada a su brazo, algo que no le causó mayor problema, en especial al ser una mujer. En cuanto al tema, le miro un tanto curioso ante la idea de beber té, no lo conocía, no conocía muchos alimentos de hecho, ya que su época era de gran escacez.
— Realmente no lo conozco, no conozco muchas cosas, mmm... ¿Miel, azúcar? Ah ya veo, dulce... Veo que no conozco nada, tan solo la carne, algunos vegetales y raíces.
Respondió, así mismo pensaba o trataba de recordar algo que ya hubiese probado, pero no conocía mucho.
— Espero no ser una molestia si no conozco nada. **
— ¿No conoce el té? Todo mundo conoce el té. Que extraño.
Con suavidad le tomó por el brazo, enredando los propios en este. A paso lento comenzó a caminar con él, mirándolo fijamente y sonriéndole con amabilidad.
— El té es una infusión de alguna planta o flor para dar sabor. Lleva un toque de miel o azúcar para endulzar la bebida. Normalmente se toma caliente, pero también puede beberlo frío. En caliente, es mucho más reconfortante. Hay algunas plantas que al ser infusionadas inducen a la tranquilidad y relajación. Le prepararé un buen té para que sus tensos músculos se relajen y pueda volver fresco como una lechuga a combatir.
— Para poder lograr nuestros objetivos y ser fuerte, un guerrero también necesita de descanso. Un descanso apacible, agradable, y qué mejor descanso que en mi casa del té. Si gusta acompañarme, está más que bien invitado.
