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Tko1583534 · 41-45, M
Aprovechando que ella ya estaba ofreciéndose a él, avanzar, hombría en mano, fue casi automático; casi relamiéndose, y sin dejar de mirarla a los ojos, al menos mientras aún quedaba alguna distancia entre ambos. Pero para cuando le dio alcance, tuvo que concentrarse en lo que sucedía entre las nalgas de Himari, las que estaban bien abiertas para él; así que no tardó en encontrar el orificio anal y restregar el glande contra éste, sin más lubricante que el deseo, ni mayor paciencia que la necesaria para vencer la resistencia inicial del esfínter.
Empujó, y fue como tocar a las puertas del cielo; se sintió estremecer por completo, y la impaciencia de su cuerpo lo llevó a empujar cada vez más. a hacer ceder aquel estrecho canal, hasta que éste le dio la bienvenida a su erección completa.
—Mía... —Susurró; y lo que tardó en decirlo, fue todo el tiempo que le dio a Himari para sentirse llena de él, antes de empezar a sodomizarla sin piedad.
Empujó, y fue como tocar a las puertas del cielo; se sintió estremecer por completo, y la impaciencia de su cuerpo lo llevó a empujar cada vez más. a hacer ceder aquel estrecho canal, hasta que éste le dio la bienvenida a su erección completa.
—Mía... —Susurró; y lo que tardó en decirlo, fue todo el tiempo que le dio a Himari para sentirse llena de él, antes de empezar a sodomizarla sin piedad.
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