Aprovechando que ella ya estaba ofreciéndose a él, avanzar, hombría en mano, fue casi automático; casi relamiéndose, y sin dejar de mirarla a los ojos, al menos mientras aún quedaba alguna distancia entre ambos. Pero para cuando le dio alcance, tuvo que concentrarse en lo que sucedía entre las nalgas de Himari, las que estaban bien abiertas para él; así que no tardó en encontrar el orificio anal y restregar el glande contra éste, sin más lubricante que el deseo, ni mayor paciencia que la necesaria para vencer la resistencia inicial del esfínter.

Empujó, y fue como tocar a las puertas del cielo; se sintió estremecer por completo, y la impaciencia de su cuerpo lo llevó a empujar cada vez más. a hacer ceder aquel estrecho canal, hasta que éste le dio la bienvenida a su erección completa.

—Mía... —Susurró; y lo que tardó en decirlo, fue todo el tiempo que le dio a Himari para sentirse llena de él, antes de empezar a sodomizarla sin piedad.

Sería difícil saber qué lo excitaba más: si la erótica vista de Himari exponiendo sus entradas para él, o la obediencia que la llevó a hacerlo sin pensarlo dos veces. ¿Importaba? No en realidad: lo único que Takeo tenía en mente en ese momento era entrar cuanto antes en la chica —su chica—, y saciar esa ardiente, insoportable lujuria que hacía quemar su bajo vientre.

—Muy bien. —Dijo, levantando la mirada a pensar de querer saborear más con ella la vista de los agujeros de Himari; los que ya había hecho suyos en múltiples ocasiones antes, pero que jamás se cansaría de usar. —Buena chica... —Añadió, sin perder la sonrisa lasciva en el rostro; la que indicaba casi tan bien como su miembro erecto lo complacido que estaba con su sumisa.

Su sumisa. Que ella se le entregara por voluntad propia, no haría que quisiera dejar de remarcárselo; así que lo hizo al llevar la mano al cuello ajeno y presionar, dominándola aún más contra la mesa.

expectante por el momento delicioso y tan deseado que estaba a punto de suceder, sin despegar sus ojos de la erección del contrario.— Enseguida daddy, quiero que me folles, si si — esa chica uso una voz hipnotizante para un hombre como el, entre aniñada y erótica, rebosante de calidez y entusiasmado deseo por tener ese miembro clavado en su interior. Obediente, levantó sus piernas como el le ordenó, sosteniendolas con sus brazos con una sonrisa llena de picardía, ahora clavando los ojos en su amante.

Ese hombre de aspecto tan serio la hacia derretirse, el cuerpo de Himari se encendía, se sofocaba y sudaba por él. El deseo era tan candente que su intimidad no dejaba de lubricarse, estaba empapandose para que el la penetrara en cualquier momento que le apetezca.
Él poseía el aspecto del dominante perfecto que le describía a sus seguidores en los streams mientras se masturbaba frente a ellos. Un sujeto que solo con su presencia podía marcar a la mujer que le pertenecía y lograr que a la misma se le cayeran las bragas hasta los tobillos. Claramente esto le sucedía a Himari desde el día que lo conoció tras el sorteo que hizo.
La streamer se relamió cuando adorado y silencioso dominante hizo a un lado todo lo que habia sobre una mesa para acomodarla allí. Le encantaba como era una bestia semental tan discreta, bajo ese perfil tan sobrio y ese aspecto que tenía una pizca de salvaje por su cabello largo. Esos detalles eran exquisitos para la baby sugar — Mmmmh — emitió de sus labios, ex

Hasta entonces le habló de nuevo, parco y directo como siempre, mientras se abría la cremallera y dejaba salir su gruesa erección.

—Abre las piernas. Sosténlas en alto para mí; voy a follarte. Ya.

Ya se sentía lo suficientemente deseoso como para que Himari lo tentara aún más con esas palabras; pero lo hizo, y se sintió aún más necesitado de usarla, de sodomizarla y descargarse en ese apretado orificio hasta el agotamiento. Pero no por ello desistió de sus intenciones, a pesar de que lo más sencillo sería hacerla volverse una vez más y montarla ahí mismo; en vez de ello, tras localizar una mesa cercana, llevó a Himari hasta ahí, en silencio, con la lujuria marcando sus facciones maduras y la mirada clavada en ella; en esa forma tan característica que solo podía significar una cosa:

Me perteneces.

No necesitaba decirlo: lo firme de su agarre, lo deseoso de su mirada, solían ser suficientes como para que Himari se sintiera enteramente suya. Así que no añadió palabra, tan solo sonriendo con malicia mientras la llevaba por el cuello hasta el mueble; el que despejó con un sencillo barrido de su brazo, sin importar lo que tiraba, para hacerla acostarse sobre él.

Parpadeó ligeramente, un poco inquieta al no sentir más la boca de su semental explorando las profundidades de su ano con su traviesa y escurridiza lengua. El la espero con algo mucho mejor, un beso al que ella correspondió apasionada, comiendo los labios de ese pelilargo, deseando con locura que volviera a empinar su culo para que alojara a su erección dentro de ese orificio ya dilatado, expectante por recibirla. La streamer solo se atrevió a concluir ese beso para pronunciar unas palabras, mirandolo directo a los ojos - Todavía no estas satisfecho daddy, por favor saciate con mi cuerpo, aprovechate de él - le pidió casi suplicante esa muchacha sumamente excitada por el mayor, en espera de que el siguiera liberando toda su libido y perversión sobre ella que estaba sumamente encendida y dispuesta a ser penetrada toda la noche.

Sentirse bañado por los fluidos de Himari no solo fue confirmación de haber logrado su objetivo, sino un delicioso premio que recibió con total agrado; aunque no por ello se detuvo al punto, sino que continuó —si bien moderándose un tanto— hasta que los temblores cedieron un tanto, y pudo sentir a la joven desesperada por sentirlo dentro. Solo hasta entonces se decidió a darle lo que ella tanto deseaba.

Pero, aunque la postura se prestara para ello, Takeo sentía apetito por algo diferente. Así que, tras separarse de ella —y relamerse los labios con descaro—, le azotó el trasero con ambas manos, usándolas después para hacerla erguirse y volverse hacia él. Entonces la besó, dàndole a probar el sabor del deseoso rincón en su propia boca; y aprovechando a la vez para empujarla con su cuerpo, en busca de la primera superficie donde pudiera hacerla acostarse para poseerla como tanto deseaba.

cosquillas a su cavidad anal con esa perfecta simulación de estar penetrandola. Era un estímulo exquisito y esa streamer no podia contener sus gemidos ante el descaro de la lengua del mayor. La hacia desear aun más ser penetrada de forma salvaje por el, queria sentir lo duro que lo puso al oirla y al saborear ese rincón que estaba ya listo para recibir su miembro duro y venoso que tanto la volvía loca.

Lo estaba logrando, su daddy estaba consiguiendo que todo el placer se concentrara en su bajo vientre, si, estaba teniendo un rotundo éxito al estimular sus orificios más erógenos. Todo lo que salia de esa boca eran gemidos, jadeos... Pedidos de terminar con la represion del placer acumulado en su cuerpo y dejar en libertad todos esos translúcidos fluidos que se atrevian a filtrarse. Las piernas de la streamer temblaron y del fondo de su boca salió un bramido que hizo temblar hasta las ventanas de la habitación — ¡AAAHHHH! — De entre los labios vaginales de la mujer salieron disparos, varios, largos... Himari llegó a un ansiado squirt. Su intimidad no dejó de derramar fluidos en ese formato, en disparos que temía terminaran sobre el hermoso cabello largo de su daddy — ¡Ahhh! Daddy mmmm ahhh... Te manchare todo ahhh — decía el pleno goce aun sin terminar de descargar las oleadas de placer que sintió por los estímulos de él.— Mm... Ahhhh... Follame ahhh —aun sentía la lengua que le daba