El júbilo se mostró no sólo en su semblante sino también en la emoción en cada palabra soltada entre sus labios que nervioso soltaban risas disimuladas.
— Siendo honesto, no necesitas ningún traje para verte hermosa. — Tomó entonces una ligera pausa mientras recordaba lo más cercano a una bonda a lo que alguna vez fue.
—Algunos prefieren algo llamativo y despomponante. Otros, simplemente quieren gritarle a todo el mundo lo que sienten. En mi opinión particular, se trata de lograr crear un sentimiento que puedeas recordar hoy, mañana y siempre. — Espetó. Su puño permancía cerrado cuán puerta de hierro y sus ojos brillaban con suma determinación. Si tenía que conocer cada frontera de los deseos ajenos para llevar a la luna a la doncella de sus pensamientos; lo haría sin dudar. No necesitaba la fiesta más escandalosa ni arcas de oro. Lo único importante era convertir un día normal; en uno de los mejores en su vida.
