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i1583121 · 26-30, M
— Siempre pense que un beso tuyo sería tan refrescante como la menta. Al contrario, es una sensación muy cálida que me llega hastas los huesos y me inunda el corazón. — Dijo aun entre la cercanía entre ambos labios, y más pronto que tarde soltó un nuevo roce labial que acarició como un pétalo de rosa cada milímetro.
— Me importas, Derya. Mucho.
— Me importas, Derya. Mucho.
i1583121 · 26-30, M
Era dificil controlar sus emociones cuando ella estaba delante suyo. Si bien, ella aun no sabía mucho sobre el rubio y su "pasado", durante una gran cantidad de años su sonrisa inexorable pasaba inadvertida. Siempre entusiaste, positivo y con un ferviente amor por la humanidad. ¿Pero que había de él? Se había especializado tanto en mantener bloqueadas sus emociones que olvidó por completo el sentimiento más puro, el amor. Pero una vez que Derya llegó a su vida, logró atestar con un golpe fulminante cada una de las barreras que custodiaban su sonrisa más autentica.
— El sol también es una estrella, y me encantaría poder seguir brillando para ti.
— Musitó con la tonalidad más armoniosa de su voz, y justo antes de que finiquitará con una nueva sonrisa, sus labios fueron atrapados por las olas de dulzura de su añorada doncella del mar.
— El sol también es una estrella, y me encantaría poder seguir brillando para ti.
— Musitó con la tonalidad más armoniosa de su voz, y justo antes de que finiquitará con una nueva sonrisa, sus labios fueron atrapados por las olas de dulzura de su añorada doncella del mar.
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La unión que ansió con gran esmero, un sueño hecha realidad y así, sin más intensificó tras un par de pasos brindar, mientras ambos brazos se aferraban en envolver gentil el cuello del rubio y cuan romántica podría ser afianzó la dulzura de un beso.
SW-User
Los suspiros no se hicieron esperar y con ellos dejar escapar parte de su escencia, de sus emociones y a la vez veraces sentimientos dedicados a él. Más de una vez procuró apaciguar los latidos del corazón que tanto anhelaba permanecer junto a él.
Y frente al electrizante tacto sublime, incluso encantador, la temperatura entre sus mejillas incrementó en cuestión de simples segundos, sentía cierta vergüenza que de ninguna forma lograba ocultar victoriosa, aunque sobre todo esa calidez inigualable cuál propiciaba ventura. Una vez más carente en palabras por pronunciar.
— Eres tan brillante como el sol, mí sol.
De un momento a otro el asombro hizo acto de presencia sobre la faz femenil casi adueñándose por completo en toda gesticulación aturdida, con el exceso en dicha a penas y lograba actuar. Entonces, su pisque sería el lienzo en blanco acreedor para reafirmar su dicha, todo un señor hecho realidad.
— Me halagas con cada mención.
Y frente al electrizante tacto sublime, incluso encantador, la temperatura entre sus mejillas incrementó en cuestión de simples segundos, sentía cierta vergüenza que de ninguna forma lograba ocultar victoriosa, aunque sobre todo esa calidez inigualable cuál propiciaba ventura. Una vez más carente en palabras por pronunciar.
— Eres tan brillante como el sol, mí sol.
De un momento a otro el asombro hizo acto de presencia sobre la faz femenil casi adueñándose por completo en toda gesticulación aturdida, con el exceso en dicha a penas y lograba actuar. Entonces, su pisque sería el lienzo en blanco acreedor para reafirmar su dicha, todo un señor hecho realidad.
— Me halagas con cada mención.
i1583121 · 26-30, M
Redujo la brecha entre ambos hasta que quedarán sólo un par de centímetros diviendo sus rostros. Su diestra ahora dedicaba una caricia grácil sobre su cabellera azulada que caía como una sedosa cascada sobre sus hombros.
Era la primera vez que juguetaba así con su cabellera... que sentía su aliento tan cerca del suyo como el rocío de un manantial.
—Tú me quitas las mías sólo para poblar a mis pensamientos con tu rostro, tus bellos ojos y el azul profundo de tu cabello... —Tomó una pausa y sus labios rozaron mi lentamente la comisura contraria.
— Tu dulzura, tu generosidad... la determinación con la que defiendes lo que amas. — El contacto labial se hizo más presente pero igual de parsimonio como percibir cada pequeño milímetro de su boca en el preludio de su beso. — — Todo lo que te hace especial con cada día que te conozco.
Era la primera vez que juguetaba así con su cabellera... que sentía su aliento tan cerca del suyo como el rocío de un manantial.
—Tú me quitas las mías sólo para poblar a mis pensamientos con tu rostro, tus bellos ojos y el azul profundo de tu cabello... —Tomó una pausa y sus labios rozaron mi lentamente la comisura contraria.
— Tu dulzura, tu generosidad... la determinación con la que defiendes lo que amas. — El contacto labial se hizo más presente pero igual de parsimonio como percibir cada pequeño milímetro de su boca en el preludio de su beso. — — Todo lo que te hace especial con cada día que te conozco.
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Fue entonces que la calidez de una sonrisa casi palpable saturó en genuino contento su corazón y de un momento a otro se encontraba susceptible, percatandose del considerable amor que siente por él, siendo meramente irrepetible, innigualable.
Inclusive tartamudeaba con cada halago, al cual depositaba integramente su confianza.
— M-Me dejas sin palabras... No sé que decir frente a todas esas lindas palabras.
Inclusive tartamudeaba con cada halago, al cual depositaba integramente su confianza.
— M-Me dejas sin palabras... No sé que decir frente a todas esas lindas palabras.
i1583121 · 26-30, M
— A mí. O-Oh, ya. — Se ruborizó al instante pero al poco tiempo una sonrisa protagonizó su rostro. Se sentía bastante cómodo con la peliazul y pese al carmín que poblará sus pómulos en aquel momento su seguridad, ahora contaba con mayor seguridad frente a ella.
—Gracias, Derya... Tú también eres muy hermosa. Demasiado y en todos los sentidos. — Admitió.
—Gracias, Derya... Tú también eres muy hermosa. Demasiado y en todos los sentidos. — Admitió.
SW-User
Así fue que demasiado tarde se cayó en cuenta de terrible error, por ende los pómulos se enrojecieron, recrimienandose una y otra vez.
— E-Es un lindo nombre. Botas. — Y tras hacer una pausa poco efectiva prosiguió, recobrando toda valentía.
— Me refería a ti.
— E-Es un lindo nombre. Botas. — Y tras hacer una pausa poco efectiva prosiguió, recobrando toda valentía.
— Me refería a ti.
i1583121 · 26-30, M
— ¡Derya! Te presento a Botas. No tiene botas pero... si tuviera sería genial. — Mencionó con sorna, aunque realmente a veces podía ser un poco malo para los nombres. —¿Te referías al gato? — Preguntó curioso.
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— ¿Cómo es posible que sea excesivamente atractivo?
Murmuró creyendolo otro pensamiento más que rondaba en su mente. No existía ni pizca de falacia, si bien, siempre a sus ojos él es excesivamente atractivo sin duda alguna.
Murmuró creyendolo otro pensamiento más que rondaba en su mente. No existía ni pizca de falacia, si bien, siempre a sus ojos él es excesivamente atractivo sin duda alguna.
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