- H-hol-la... -Llamó desde el recibidor, sintiendo el vacío de su estómago, mientras el delicioso aroma inunda sus fosas nasales.- -Y-yo... Di-is-cul-p-pe... -Vió a la joven con esa mueca de verdadera necesidad, a la vez, sustrae del bolsillo de su desgastado uniforme dos billetes maltratados pero que aún conservan ese valor monetario, cuyo fin es averiguar si podía comprar algo para comer.-