Vergil... + Sin quien la sostuviese, sus piernas cedieron. Cayo al suelo sentada, con el corazon latiendo como loco y con una confusion tremenda en su rostro. Un sonrojo en las mejillas, la mente en blanco. +
-- Quizá solo era un sueño, una magia nueva o un maldito conjuro. Cuando reaccionó, supo lo que estaba haciendo. Bastante avergonzado y molesto consigo mismo, se separó de ella, sin siquiera mirarle, por primera vez incómodo de haberla agredido. -- Lo siento. Debo irme. -- Lo último que rozaron sus dedos fueron las hebras de su cabello al soltarle. Una última mirada, antes de darse la vuelta y desaparecer con aquella sensación picante todavía en las frías venas de su ser. --
¡Mghh! + Su pequeña queja se ahogo en los labios ajenos. Tampoco esperaba tanta intensidad. No sabia si estaba bien o mal, excepto que, si no fuera por el agarre de Vergil, se caia. Porque sus piernas ya no quisieron sostenerle. Temblorosa, apenas atino a poner sus manitas en los brazos del otro, lo que le hizo avergonzarse mucho. Torpe en el beso, solo supo que esto era algo nuevo que hacia florecer un sentimiento nuevo e inquietante en su pecho. +
-- Sin conocimiento de cuánto tiempo ha pasado exactamente, por primera vez en mucho tiempo se permite disfrutar la intensa sensación que recorre su cuerpo. Es mucho mas fuerte que la dicha, mas satisfactorio que adquirir poder. Incluso mas embriagante que el sentimiento de la victoria y la frialdad del asesinato. Una rareza superior. Tal es asi, que sin escrúpulos atrapa la delgada cintura y la atrae hacia si, capturando posesivamente su ser. --
Vergil... + Por alguna razon desconocida ella no pudo pararlo. Pronto sintio muy claramente los labios ligeramente rasposos del contrario sobre los propios. Su mente inmediatamente quedo en blanco y lo unico que pudo hacer, fue cerrar los ojos y abandonarse al acto. +
-- Imantado por aquellos labios, se acerca mas y mas a ellos, olvidando incluso su verdadero propósito. Dejando de lado su propia dignidad, ignorando por un momento que puede recibir un rechazo. Lo único que quiere son esos labios. Probar esos gajos que talvéz esconden un interesante tesoro. Cierra los párpados esperando conectar. Si su alma debe mancharse por tomar la pureza de una jovencita de esta manera, esta mas que dispuesto a afrontar las consecuencias. --
+ Totalmente sorprendida por sus acciones, se queda inmóvil. Su cara cada vez se siente mas caliente, tampoco esperaba que el la tocara con otras intenciones que no fueran groseras. Sus pupilas tiemblan de la emoción al verle mas cerca al igual que sus labios. Su corazoncito late cada vez mas rapido, sintiendo que el tacto de el quema su rostro. + Vergil... etto... + Muchas alarmas se encienden en el instante en que puede sentir mas y mas cerca su aliento, tanto que incluso sus piernas amenazan con perder la estabilidad. + Ver..gil...
Esto es diferente. -- Su voz baja dos tonos, casi susurrando. Eleva la diestra hasta la pequeña mejilla de la doncella, tomándola. Observa a detalle los claros ojos celestes perfilados por las delicadas pestañas, la pequeña nariz fina, los pómulos que parecen cincelados en marfil rosado. Se detiene en sus labios. La tentadora entrada al paraíso con un toque infantil. Inconscientemente acaricia la suave piel con el pulgar, observando esos labios que le llaman. --
+ Incapaz de retroceder, apenas respira al ver la intensidad que desborda su mirada. Poco a poco siente las mejillas calientes. Deja escapar una pequeña sonrisa nerviosa sin saber que hacer. + Siempre me ves .. Vergil...
