—Macho... ¿Que nombre te podríamos poner? Eres precioso y tan pequeño. ¿Dónde lo encontraste, Lev?—. Zyl sonrió y levantó la mirada para observarlo con una gran sonrisa mientras él le acariciaba las orejas, la rubia se notaba feliz de verlo y estar compartiendo un momento con él. —Te eché de menos—. Le da un golpecito a la cadera con la propia para reírse, ella por su parte le rascaba el mentón al gatito.

— Fueron segundos en qué mantuvo su mirada fija en el delicado, pero encantador rostro de Zylith, apreciando a detalle cada rasgo. ¿Es acaso normal tener esa belleza? Una cuestión que siempre llegaba a su mente apenas y la veía, pero jamás una respuesta clara obtenía. Solo podía admirarla y sonreír. — Ah, sí, es macho. — Volvió en sí y despejó sus pensamientos al hablar entre risas suaves, llevando la zurda a acariciar una de las orejas del felino. — ¿De qué tiene cara éste pequeño?

—¿Yo? ¿Quieres que te ayude? ¡Encantada!—. Los ojos verdes de Zyl brillaron al tomar al minino en brazos pero se acercó más a Lev. —Veamos ¿Es macho verdad?—.

— Lev no contuvo la risa ante el claro interés hacia aquél animalito de suave pelaje. No dudo en entregarlo y sonreír, esa imagen de su encantadora amiga sosteniendo a su nueva mascota le resultó refrescante. — ¿Me ayudas con un nombre? ~

—Tu gatito—. Se acercó y lo miró totalmente embobada.