Pequeña, llena de curiosidad y muy risueña.
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ZK1521884 · M
No le importaba lo más mínimo que clase de animal era esa tal mascota por la que ella había invadido el bosque cercano a la academia Cross, sentía como el tiempo corría rápido y comenzaba a desesperar por pensar que problemas traería el que las sanguijuelas se encontraran con una fémina de olor tan particular, uno que poco a poco hacía arder su garganta, ansiosa por sentir correr a través de ella una buena cantidad de ese dulce nectar que se negaba a arrebatar.
Su mirada profunda y llena de resentimientos se posó sobre el rostro de la mujer, estaba a punto de mostrar su desesperación cuando de repente escuchó aquellos ruidos tan cercanos a su paradero. —Mierda— Susurró para si mismo llevando lentamente la zurda hacia el bolsillo interno de su saco negro, su primer pensamiento fue que aquellos chupasangre los habían encontrado y estaban preparados para atacar, sin embargo, fue mayor su sorpresa cuando se encontró con ese ser hecho de piedras, amenazando con atacarlos sin razón aparente; le miró de abajo hacia arriba, nunca había visto algo así tan cerca, nunca había escuchado de alguna criatura de ese tipo, estaba a punto de sacar la Bloody Rose de su bolsillo cuando el repentino tirón de la dama hizo que volviera los ojos hacia ella. —¡¿Esa es tu mascota?!— Cuestiona exasperado, sin poder comprender la raíz del problema que se avecinaba.
Su mirada profunda y llena de resentimientos se posó sobre el rostro de la mujer, estaba a punto de mostrar su desesperación cuando de repente escuchó aquellos ruidos tan cercanos a su paradero. —Mierda— Susurró para si mismo llevando lentamente la zurda hacia el bolsillo interno de su saco negro, su primer pensamiento fue que aquellos chupasangre los habían encontrado y estaban preparados para atacar, sin embargo, fue mayor su sorpresa cuando se encontró con ese ser hecho de piedras, amenazando con atacarlos sin razón aparente; le miró de abajo hacia arriba, nunca había visto algo así tan cerca, nunca había escuchado de alguna criatura de ese tipo, estaba a punto de sacar la Bloody Rose de su bolsillo cuando el repentino tirón de la dama hizo que volviera los ojos hacia ella. —¡¿Esa es tu mascota?!— Cuestiona exasperado, sin poder comprender la raíz del problema que se avecinaba.