—Fueron dichas palabras que le hicieron recordar a los amigos de sus hermanos, fue suficiente para cuando el Superintendente le dió la espalda se quito su zapato, lo lanzó y dió justo en la nuca de el mayor.— No me dejes hablando sola. [?]

Pero sí parece muy complicado que te calles, ¿verdad? Deja de llorar.

-Respondió a la rubia, sin ningún tipo de amabilidad. Verla mostrarle la lengua al igual que una pequeña niña le hizo alzar una ceja. Simplemente, para evitar descontrolarse de más y tener que seguir aguantándola, se volteó y caminó para irse- [?]

— No me importa que diga groserías a los demás, únicamente que no las diga frente a mi, no es complicado. — Se cruza de brazos arqueando la ceja, no temia a las amenazas dichas por el superintendente.— Si pues, di una grosería frente a mi de nuevo y no respondo. — Saco la lengua de manera infantil.

¿¡Qué...!?

-Frunció el ceño, sintiendo el jalón a su oreja. Sin duda, esa mujer tenía muchas agallas, o simplemente resultaba que no lo conocía bien. La agarró de la muñeca, y la obligó a soltarlo; después de eso, tomaría distancia con ella-

Tócame otra vez, y no respondo.

Es que no se lo iba a pedir... Bueno no amablemente. [?] Digo hi
my name is Lanita.

Si, no lo dejará de hacer solo porque alguien se lo pida... la cruel realidad (?)

—¿De verdad? — Ya estaba preparando el amoniaco con jabón. — [?]

Pedirle al superintendente que deje de decir groserías es como pedirle a una "fujoshi" que deje de ver "yaoi" (?)

— ... — Una diminuta vena de enojo se marca en la frente de la menor y le jala de la oreja.— ¿No tienes el mínimo de respeto por los otros? — Si, está considerando seriamente lavarle la boca con jabon ya no le importa si se enoja. [?]

Los cojones. [?]