—El sonrojo ponía más coqueta a la azabache. Con sus uñas quedando al aire va alejando está de la más joven—

¿Estudiar? Lina ~ me agrada tu espíritu aventurero y de interés hacia ellos pero el aprendizaje lo tendrás en vivo. Creo que quizás...

—Se puso a pensar llevando su vista hacia arriba como si una idea se asomara—

Una libreta pequeña y un lápiz bastaría para que anotes lo que quieras saber, después de todo, sé que amas la investigación.

—Contrario a la inocencia e ingenuidad que podía trasmitir su apariencia, Elina era lista. No estaba segura aún, pero tenía sospechas. ¿Por qué Kaia prestaría tanta atención a los días que faltaban para luna llena? Curioso.
Más no dijo nada, le sonríe sonrojandose un poco por el toque de su mano, a quien detuvo al caminar un paso atrás.—

Aventura nocturna entonces. ¡De acuerdo! Voy a estudiar un poco sobre ellos antes de ir.

—El interés de Elina le hace enarcar una ceja a Kaia por lo que había dicho—

¿Eso haz leído? Mjmj ~ Si, son posesivos, territoriales, celosos cuando tienen alguna tierra o algo de su interés...

—Se fue acomodando cerca de ella y extiende su mano como garras tomando el pecho de Elina, solo le acariciaba con sus uñas como garras—

Pronto es noche de luna llena, dentro de cuatro días. Nos vamos a la colina y de allí te muestro el camino para ir juntas.

—Hablaba con seguridad e interés, quería ver las expresiones de Elina sobre el tema ya que mostraba interés—

He leído sobre ellos. ¿Acaso sabes dónde se reúnen?

—Abre los ojos un poco más, como cuando está interesada y con muchas preguntas en su lengua. —

¿Me llevarías a verles? En secreto...Son muy territoriales, hasta agresivos.

Oh pues... Puedo hacerte ver uno más grande, es cuestión de que un día te enseñe.

—Dice desinteresada, en realidad, claro que quería enseñarle pero se hacía la misteriosa—

Los descendientes de Fenrir ¿Haz escuchado hablar de ellos? Son bestias enormes que acechan la noche, devoran lo que sea y a quien sea cuando cazan.

No lo harás. —Dijo en una risita suave, suspirando después. — ¿Más grande? No, nunca. ¿Cuándo?

Si no te cuida me lo comeré —Le guiña a la joven— Aún no haz visto a un can más grande —Se refería a ella misma ¿A Lina le gustaría esa faceta de ella? Seguro si, tenía buen pelaje—

Oh, pero eso no sería necesario. Es muy dócil, como ves. —Elina se inclina a besar la cabeza del animal, justo entre sus orejas.—

Claro, soy su alfa, saben reconocernos. —Sigue acariciando su pecho y panza dejándolo quieto. Concentra su mirada en la joven ahora— Si me transformo, me obedeceria sin ladrar como queja.

Se llama Shuga. —Vuelve a decir, contenta al ver que el can parece entusiasmado de conocerla.— Le agradas.