* camuflaba en la noche.

— Como quieras.

Se eleva de hombros, si era por ella, lo mataba pero dado a las circunstancias de Lina, ella no quería eso. La morena no iba a influir en su decisión, si esa era su forma así sería.

— Bien, tu ganas. Solo un susto pero si intenta algo extraño, le comere al menos la mano.

Se dió la vuelta dando unos pasos lejos de lina, unos pocos metros, mientras caminaba la espalda de la morena se iba ensanchando mientras la piel se iba rompiendo dejando ver una especie de columna vertebral más grande que la normal humana. El cuerpo de Kaia se iba deshaciendo y desconstruyendo como si abrieran un envoltorio, la piel se abría sola, y el cuerpo se desfiguraba, está misma se fue arrodillando aguantando el dolor por esa transformación turbia que paso a paso iba teniendo forma de una bestia, una bestia con pelaje marrón y negro.

— H-hgn!

Patas y cola, el tamaño iba aumentando hasta mostrar un animal feroz como un lobo pero más diabólico con ese color y aspecto que se camu

— Porque sólo es un niño tratando de sobrevivir. Y tengo mi propio pasado, por lo que no puedo condenar a alguien así cuando yo fui igual.

Elina sonríe suave. La melancolía comenzaba a despertar recuerdos pero, como si quisiera deshacerse de ellos, sacude la cabeza mirando a Kaia.

— Eso no quiere decir, que ya no necesite mi daga; es lo que mas quiero. Puedes asustarlo si quieres...Pero no le hagas daño.

— ¿Acaso conoces a quien te robó? No entiendo... ¿Por qué no hay irá en ti hacia ese ladrón?

Ella iría por la guerra, sin embargo, la templanza de Lina le hizo confundirse por un momento. Kaia observaba con detalle y atención a la actitud de aquella mujer.

— Claro que puedo, todo se puede, solo depende de la forma en que hagas las cosas. Me iría por arrancarle los brazos a mi estilo pero tú forma la veo más de cuidado hacia ese ladronzuelo ¿Por qué?.

Seguía cada uno de sus gestos con la mirada, a la vez que negaba sacudiendo la cabeza. Kaia no la conocía, porque había presenciado actos violentos, hasta fue quien los protagonizó. Pero había un problema.

— No quiero que le hagas daño. Si no volé detrás de él, es porque sólo es un chico... Seguro va a venderla por algunas monedas.

Se quedó de pie a su lado, antes de continuar.

— ¿Puedes recuperarla sin lastimarlo? Si es así, quiero ir contigo.

Asiente posando su mano encima de las ajenas resguardando estás, Kaia acerca sus labios dejando un beso al dorso de aquellas manos mirando aquella mujer.

— Está cerca... Será rápido...

Esa mirada asesina, segura no se quitaba de los de la joven.

— Me encargaré de la persona mientras tú vuelve a la biblioteca...

Suelta aquella mano para guiarla entonces a qué montará su lomo.

— Esto quizás te perturbe un poco...

Lo que sentía por ella en esos momentos era una mezcla de temor y admiración. Claro, le sonreía lo más tranquila que podía lucir, fijándose fugazmente en cómo Kaia jugaba con su mechón de cabello.

— No es necesario que hagas esto, no quiero causarte problemas o distraerte con algo así...

Le tomó de la mano, esa que tenía en el cabello y la cobijó entre las suyas.
Tenía sus dudas. Deseaba su daga con todas sus fuerzas, pero su compañera la inquieta un poco.

— Dices que será rápido... ¿Es porque hueles mi daga cerca de aquí?

No pudo evitar reír maquiavélicamente.

— Cariño... Tengo un olfato que nadie... Puede escapar de mi...

Su mano tomo un mechón de cabello de ella enrollando este entre sus dedos, la cercanía de Kaia había cambiado con su aura, notorio. Estaba decidida a perseguir al ladrón.

— Prepárate para esta noche, iremos por ese maldito.

Menciona dejando de sonreír, le dejaría un buen recuerdo a esa persona, el último recuerdo que seguro tendría. La mirada de Kaia se fijaba en Elina ¿Le tendría miedo a la mujer?.

— No tengas miedo... Será rápido, tendrás esa hermosa daga en tus preciadas manos.

Sintió escalofríos, porque Kaia se veía enojada y no sólo eso, su voz sonaba diferente. Elina ni siquiera pensó en una respuesta, susurró un "no". Nunca cabalgó sobre nada, pero ya sabía hacia dónde iba la situación.

— ¿Piensas que puedes encontrarlo? Creo que sería perder el tiempo, ya debe estar muy lejos...

Si algo jodia a Kaia era que se metieran con las pocas criaturas con las que simpatizaba y una de esas era aquella búho. La morena tomo firme aquel rostro por debajo con su pulgar e índice apoyado en este para que elevará la mirada.

— ¿Alguna vez haz cabalgado en un lobo originario?.

Buscaría a ese maldito y lo haría trizas delante de Elina.