Sus palabras le hicieron reír, aunque no por ello dejaría de darle mimo igual de delicado. Una viva imagen de Elina cazando llega a emocionarla.

━ Ah. ~ Que bella te verías en plena caza.

Pronto encontró el confort de esas caricias también, haciéndole suspirar. Rose tenía razón, el dolor siempre se iba.

— Voy a cazar una liebre para ti cuando me sienta mejor. Gracias...

━ Si tu lo dices...

No iba a reprocharle nada en ese momento, sobretodo su pedido. Ambas palmas acariciarían con sumo cuidado la espalda, estaba dispuesta a darle todo lo que pidiera.

━ Ya, ya, ese dolor te dejará pronto.

— No te preocupes. La naturaleza se encarga de castigar también.

Cerró los ojos, así dejaría de sollozar tanto y además, el contacto cercano con Rose era muy reconfortante.

— ¿Podrías acariciar mi espalda? Por favor...

━ Heh... ~ Si descubro que fue causado por alguien, no tendrá un bonito final.

Porque sí, fácil resulta su enojo a sabiendas del incidente, despierta su sed de sangre al límite. Sin embargo acaba abrazándola; Elina era más importante en ese momento.

— Quiero creer que fue un accidente y no alguien que me arrojó una piedra a propósito.

Pese a su desgracia, ríe suave y se acurruca contra ella porque si necesita de esos cuidados.

━ ¡Descuida! De todos modos, ¿segura que solo un accidente? Hm.~

La jaló, suavecito, toca cuidarla.

— Fue un desafortunado accidente... Pero tienes razón. Está bien, te estoy muy, muy agradecida...

━ Vamos, vamos. Sabes que debes estar atenta cuando mires alrededor. Ven, te voy a cuidar hasta que pase el dolor.

— ¿Tu crees? Me golpeó fuerte, esa roca... Snif.