Hay estaba, aquel discurso que daba con todo el aliento, que expresaba con tal magnitud, que se notaba incluso la fuerza en aquel tono de voz, solo quieto y expectante dejaba que la mujer se expresara de modo que escuchaba hasta la ultima palabra dibujandose una sonrisa en su rostro.
— No te detienes, por mas que te revientes los brazos e incluso te dejen bastante cicatrices y el daño en tu cuerpo sea bastante gradual, sigues asi...Me gusta, me deleita tu espiritu.
— No todos pueden ser tan fuertes, algunos tienen el peso de una familia, deben sobrevivir y ser fuertes de otra manera. Algunos simplemente tienen impedimentos físicos para ser fuertes, como era mi caso hace algunos años. Algunos son frágiles, hay personas cuyo deseo no es sentir la adrenalina recorrer todo su cuerpo, para algunos es un logro inmenso llegar a casa y jugar con sus hijos, tener el dinero para ayudar a sus padres o tratar alguna dolencia. Esas son luchas diarias de los civiles que deseo proteger y nadie, nadie se quedará sin mi protección. Todos podrán sonreír otro día porque no permitiré que algo les impida llegar a casa
— Lo mismo diria de ti, tienes un poder inigualable con el podrias hacer frente a lo que sea pero ese poder es reducido o restringido por defender a los debiles, tomalo asi mi camino no es tan malo mas que causar daño a civiles solo me voy con los fuertes aun que claro no es por malicia solo es por el afan de descargar y probar mi fuerza.
