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𝙽𝚘 𝚝𝚎𝚗𝚐𝚘 𝚙𝚘𝚛 𝚚𝚞é 𝚌𝚘𝚖𝚙𝚕𝚊𝚌𝚎𝚛 𝚊 𝚗𝚊𝚍𝚒𝚎.
𝙽𝚘 𝚜𝚘𝚢 𝚞𝚗 á𝚗𝚐𝚎𝚕 𝚗𝚒 𝚚𝚞𝚒𝚎𝚛𝚘 𝚜𝚎𝚛 𝚝𝚞 𝚌𝚒𝚎𝚕𝚘.
𝚂𝚎𝚛é 𝚏𝚞𝚎𝚐𝚘, 𝚝𝚊𝚗 𝚍𝚒𝚏í𝚌𝚒𝚕 𝚍𝚎 𝚊𝚙𝚊𝚐𝚊𝚛, 𝚎 𝚒𝚖𝚙𝚘𝚜𝚒𝚋𝚕𝚎 𝚍𝚎 𝚘𝚕𝚟𝚒𝚍𝚊𝚛.
 
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¿Yo, degenerado? Quizás, pero me instruyeron a hacer las cosas bien. (?)

—Dijo con su usual firmeza, más bien, con su usual terquedad respecto a la mujer. La tenía bien sujetada, poco le costaría caminar a la par que la cargaba, tarea fácil porque conocía bien su peso o sus modos de ser, que inquietos, no sorprendían del todo a Mako. La cola funcionaba para controlarla, así como para disfrutar un poco de la mujer que la poseía. Él podía ser enfermizamente territorial, por lo que era un modo de "retenerla" lo que más podía. El sentir las garras a altura de la espalda era exquisito, incluyendo el rico dolor que le daba el sentir eso—

No, no puedo parar. (?) —Dijo con una sonrisa de la más estúpida posible. Y cuando ella le gruñó, él le imitó, solo que con la fiereza de un cachorro garou, con colmillos exhibidos y todo—
demone · F
Un... un degenerado. u/ú
-Sin querer, sus garras amasaron por la espalda como si tratase de encontrar algún alivio en estas. Y de cierta forma sí, eran un relajo para la demonio que ahora se sostenía de la palma contraria, sirviéndole de buen soporte para aferrarse.
Un leve escalofrío le recorrió la piel, y si bien sólo se trataba de un glúteo en posesión de sus dedos, la sensibilidad de su respingada cola actuaba para el resto de su cuerpo.-
S-sí puedes, no me mientas...
-Su diestra, viéndose forzada a separar de la espalda, la llevó hacia su cola para removerla de la muñeca, o por lo menos intentar aflojarla un poco. Cruzando sus miradas al alzarse y gruñirle amenazante.-
Odioso. (?)
¿Un...? —No completó aquella frase, pero bien le invitó a seguirle el juego. Quería que ella lo diga, si es que se atrevía. No soltaría esa cola, sino que al mantenerla envuelta contra su fuerte muñeca, lugar que le permitió incentivar al clavar las uñas ajenas en la espalda y oírle gemir. Mako, muy complacido por aquello, llevó su mano libre a los muslos opuestos para, directamente desde una de sus nalgas, alzarla con facilidad para que se abrace a su cintura y cargarla.—

No puedo soltarme, ella quiere que la sujete ¿tú no? (?) —Al tenerla cerca, la miró con sus ojos entrecerrados y una sonrisa de lo más cómplice posible—
demone · F
@Mako ᴬʰʳᵒᵘᶰ: -Sonrió con amplitud cuando su mejilla quedase resguardada nuevamente en el pecho y casi que se restregara sobre éste, pues su calor la apaciguaba e incluso hacía suspirar, en su melosa condición de ser. Pero aquel agarre en la colita se mantuvo, y cuando se hiciera de un nuevo tirón, la encogería de hombros, abriendo sus ojos como platos de la impresión, antes de apretarse los labios para no gritar. Frunció el ceño, y con la cara enrojecida a punto de estallar, musitó para los dos. Forcejeando a su vez con la cola enredada en su muñeca.-
Mako, a veces eres un...
-Jalar una vez más de esa terminal tan sensible lo fue todo para que a la demonio se le escapara un gemidito y las curvas le temblasen en un acto tan aferrado como lo era el de presionar sus cuerpos, donde los muslos escalaron para apretar su cintura y con garritas clavándose en su espalda, asomó por el cuello para lamer.-
E-está bien, llévame a dormir... pero suelta mi cola o te muerdo. (?)
Si te mantienes así, nada malo pasará. (?)
¿De verdad? Quedarme quieto yo... —Dos ideas pasaron por su mente en ese momento, ninguna se ellas se interpuso en su acción, y cuya mano enredada a aquella cola jalaba juguetonamente de la misma: Solo por poder. Mako se permitió ser invadida por ella en aquel abrazo, le dejó estar en lo que se fundía con la mujer. El croatano gustaba de esos arranques posesivos de Aisha, que le resultaban propios de sus personalidades. Él buscó apoyar su mentón en la coronilla ajena dada la diferencia de alturas para ahí suspirar, relamiendo sus labios con el gusto de ella, un tanto enrojecidos por los evidentes maltratos que habían recibido con placer.— Aferrarte a mí es todo lo que tienes que hacer, Aisha. —Jaloneó un poco más aquella cola, presionandola con su muñeca mientras atraía todavía más a la mujer contra su propio cuerpo—
demone · F
-Y con intención de desafiarle, alzó la vista en reencuentro con la ajena, atinando una mediana luna a sus labios.-
Serás obediente y te quedarás quieto. (?)
demone · F
@Mako ᴬʰʳᵒᵘᶰ: -Aquellas manos reclamaban lo suyo con una fuerza imponente a su paso, pero la colita se mostró inquieta. Era una terminal tan sensible para la demonio que con solo apretar en esta, la llenó de vibraciones por toda su extensión, en medio de un nervioso quejidito. Las mejillas se tornaron rojas como la sangre y su cola, más mansa, avanzó para enredarse al brazo que la dominaba, con ligeros toques a sus dedos.-
Me molesta que lo consigas. Tendrías que caerme mal...
-Murmuró un tanto berrinchuda, y en poco tiempo lo asimiló cuando, sin descuidar sus labios humectados en roces y lamidas, asomara una sonrisa más dulce entre ellos, para besar su inferior.-
...Por el contrario, me aferro a ti más de lo que debería.
-Le correspondieron en su fugaz beso y las manos viajaron, rodeándole bajo sus brazos y que la estrechez de sus cuerpos resurgiera en un abrazo más posesivo, con la mejilla hundida entre su pecho.-
Como cada noche, salvo por una condición.
infantil que podía ser— ¿Vamos a dormir juntos, no?
—Nada más que contacto, eso querían: Sus labios hundidos en la boca mezclada con sangre, lubricante de sus deseos. Las manos le tocaron donde querían, mientras rodeaba los muslos, hasta incluso la propia cola era manipulada por Mako a su gusto para presionarla con una dominancia que ella bien conocía en la lucha de poder. Su cabello era hundido, pese a tan corto se encontraba a su disposición. La sangre fluía, nada más que para separarse quedasen ambos manchados con el sopor de la pasión—.

¿Y te molesta? No sé ve así... Para nada... —Aclaró con una sonrisa, besó su comisura. Lamió sus labios, las heridas que ardían con mucho fuego y eso le dejaba de todos modos un hambre terrible contra la demonia. Casi que hasta ronroneo él, porque no quería separarse ni un centímetro— Si no es intenso no nos gusta ¿no? Si no tiene dolor, si no tiene un poco de nosotros... De nuestra sangre no nos sirve. Ahora dime...—Le daría un ultimo beso, uno más corto para sellar su cómico planteo, por lo...

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