No es como si cualquiera de tus súbditos y discipulos estén vivos aún, y no es como si yo fuera tu favorito.
-Agregó con una sonrisa amplia, mientras sus ojos se posaban en los de ella de modo profundo, llegando a su lado finalmente mientras se estiraba ampliamente, los tatuajes rojos al lado derecho de su cuerpo se hicieron ver cuando hizo aquello, agregando.-
Una de las tantas cosas, Scáthach. Cada regreso ha sido premiado con algo diferente, aún si he tenido que morir más de una vez.
Debe ser algo extraño estar aquí con un discípulo pero supongo no es malo..¿No?.
—Observó como entró en el agua por lo que se paso a poner de pie y miró hacia el fijamente y luego se adentrándose en el agua hasta que ésta llegase a sus caderas— ¿Por esto es que tanto te gusta venir a éste plano?
-A final de cuentas fue él quien le insistió en que debía disfrutar más de las cosas, así que caer en lo contrario frente a ella sería contraproducente, por lo que en ese momento, el peliazul se deshizo de su camisa y corbata y subsiguiente de su pantalón, zapatos y media, llevando un bañador azul, a la vez que comenzaba a dirigirse hacia ella, con pasos tranquilos dejando que sus pies se hundieran en la arena mojada, mientras frotaba su nuca un poco, debía acostumbrarse a aquel nuevo lazo y cercanía.-
—Agregó mientras se daría la vuelta, cómo se encontraba a las orillas del mar podría permanecer boca abajo sin problemas, solo elevando un tanto su cabeza cual apoyaba sobre la palma de su mano diestra y tras de si iría moviendo los pies de un lado al otro—
-Debía admitir que aquella sonrisa en el rostro de su mentora le gustaba, era algo que le agradaba provocar por lo que observó esta con calma, hasta que el agua le empapó el rostro, lo cual le hizo parpadear.-
Oh, bueno... Podría pero no es que ande ropa adecuada.
-Admitió halando su corbata observando algunos goterones de agua sobre su ropa elegante, mientras se alzaba de hombros y sonreía.-
Es cierto, Scáthach, no hay que serlo, pero creo que has aprendido algo de mí y eso es balancear la diversión con el trabajo ¿Quién puede sostener el peso del mundo sin ningún gusto a cambio? -Agregó mientras se acercaba a la orilla, acuclillándose y sonriendo de modo amplio, mientras posaba sus ojos acarminados como los de ella sobre su mirar.-
—Viéndolo del revés gracias a su postura mientras "chapoteaba" con sus pies sobre el agua— Ahora entiendo porque les gusta tanto venir a éste mundo, es agradable estar aquí.. Aunque no puedo endulzarme no hay que ser tan holgazán.
Vaya, noto que alguien se tomó lo de disfrutar de los placeres mundanos demasiado en serio. -Agregó con una pequeña sonrisa, mientras ladeaba su rostro, llevando ropas particulares, y admirándole sin duda en todo su esplendor.-
