━ Vaya, eso es muy cierto.

Afirmó con la cabeza, casi se había reído una vez más. Los dedos se deslizaron con delicadeza sobre los cabellos de Gala, delineando cada pequeño tramo de esas rojizas hebras.
Asintió entonces, cada palabra era cierta, cada gesto mínimo que podría mostrarle Gala la dejaba embelesada.

━ También es correcto... Aunque es placentero decirlo aún así. ~

— Tu ya habías decido que era tuya hace un tiempo, ¿lo recuerdas?

Dijo Gala nuevamente a modo de broma y verdad, porque recordaba claramente algunas conversaciones entre ellas.
Desliza sus dedos en los hombros ajenos, tocandola en caricias.
Estaba consciente de su necesidad por tener sus manos sobre ella ese día; tratando de no invadirla tanto pero satisfecha con sus muestras de afecto, baja las manos despacio.

— Ahora es diferente. ~

Soltó una pequeña risa tras escucharle, agregado a la sensación sobre su cuello que seguramente habría de dejar alguna marca.
Bajó apenas la mirada, suficiente como para conectarla con la de Gala, mostrándole además su sonrisa plasmada y, afirmando además con la cabeza.

━ Y tú eres mía. ~

Agregó en un tono suave de voz. En ningún instante imaginó que tenerla bajo su techo ocasionaría ese tipo de sensaciones tan gratificantes y adictivos. Es un hecho que tal buen sentir que le generaba esa mujer solo con su presencia podía superar cualquier otro momento.

Cuando Alice pronuncia esas palabras, Gala estaba presionando los labios sobre esa delicada zona y alargó el beso dulcemente hasta elevar el rostro, mirándola.
Su expresión mostraba una mezcla de asombro y alegría, por supuesto se aferría a esas palabras.

— Eres mía entonces. A-ah...que lindo es decirlo~

En esa cercanía emite una risita, por esa sensación que abarcaba su pecho al estar frente a la vampiresa.
Se sentía irreal aquel momento, pero la pelirroja quería continuar viviendo ese momento, después de todo, se había confesado finalmente ante la mujer que acaparaba los espacios de su mente.

El reaccionar es igual, puede responder con facilidad al abrazo que pudo brindar, una alegría que a su cuerpo puede bordear y una comodidad sin igual en esos brazos.

━ ¡Haha! Está bien, puedes ser todo lo egoista que quieras.

No tiene, ni quiere tener, forma de negarse a cada uno de los besos que ahora toman posesión del cuello, ese respirar que podría abarcar a su piel sin dudar hace a Alice suspirar del propio gusto. Inclinó con suavidad la cabeza, suficiente para brindarle comodidad en ese espacio que ahora, le pertenece a Gala.

━ Desde ahora en adelante, nos pertenecemos la una a la otra. ~

La felicidad venía en forma de confesiones. Gala no pudo contener su satisfacción por escuchar las palabras de Alice; sus brazos hacen más presión en el abrazo, acurrucada a ella.

— Qué honor...~

Menciona con gracia, sin dejar de sonreír pese a que la mayor no veía su expresión. Seguía oculta en su cuello, aspirando la fragancia de su piel buscando reconocerla y no olvidarla.
Otros besos igual de suaves y marcados fueron dejados en esa zona. Era ambiciosa en secreto; si podía obtener más de esa bella mujer, lo tomaría sin pensarlo.

— Es agradable que solo pienses en mi. Egoísta tal vez, pero me gusta y no puedo evitarlo.

No hay una palabra exacta que pudiera ofrecer para tal escenario. Enteramente, algo que pudiera cautivar con certeza su corazón y mente en un solo instante, un habla que fácilmente la mantene embelesada y una calidez que adictiva y tan pacífica es.

No dudó en ningún segundo cuando ahora sus propios brazos fueron a rodear el cuerpo contrario, una respuesta clara a aquel abrazo recibido. Situaciones como aquella, con Gala, se volverían irreemplazables.

━ Sería imposible no notarlo. Todo lo que has hecho desde tu llegada en mi hogar lo recuerdo y percibo con claridad.

Los ojos se cerraron, ante ese beso la sonrisa enmarcada era clara, con una breve risilla entre dientes es que suspira con calma.

━ Esa fidelidad me llena el alma, y no merece nada menos que ser correspondida. Tienes a esta vampiresa pesando solo en ti.

Gala lo sentía, aquel día era distinto a los demás. Podía decir con seguridad que desde el momento que Alice la dejó entrar en su hogar, y en su vida, la joven sintió tranquilidad después de largo tiempo en incertidumbre.

¿Cómo podía rechazar los sentimientos que tenía por ella, si hasta un beso efímero le parecía de lo más puro?
Ella solo pudo sonreír, radiante. Animandose a acariciar esa brazo y de paso, abrazarle.

— Atesoro esa confianza. ¿Notaste que te obedecí desde que me pediste lealtad? Yo solo quiero ser fiel a ti.

Con el rubor marcado en sus mejillas al hacerle esa confesión, Gala besa suave y con calma el cuello de la más alta. Sería la primera vez que tocara esa zona, a diferencia de Alice, que bien conocía el cuello de la pelirroja.

— En todo sentido, te soy fiel...

Inmersa está en cada suave tacto que le puede brindar, son concurridos y es como si no tuvieran un fin marcado, y del mismo modo, yace animada a la idea de que las otras manos fueran puestas sobre la propia.

Ante la pregunta impuesta, Alice se detuvo unos segundos tan solo para dedicarle un pequeño sonreír, todo antes de robar un fino como delicado beso a los labios opuestos, siendo breve en esos momentos.

━ Tengo toda mi confianza puesta en ti.

— Pero Alice...

Su frase inconclusa ya no tiene importancia para la pelirroja, quien ahora estaba más que contenta, riendo por cada uno de esos toques de labios que recibía sobre su piel.

Teniendo el rostro firme y fijo en el ajeno por esa mano en el mentón, Gala le toma por la muñeca no para apartarla, solo para tocarla.

— Yo adoro que me digas como te sientes. Confías en mi ¿verdad?