—— Soy alguien solitario, o más bien (algo).

「 Tenía razón, Mefisto era callado, incluso introvertido pero era por que estaba acostumbrado a la soledad. La única razón por la cual interactúala era meramente por que los humanos le parecían interesante, pero de ahí en fuera, tenía muchas cosas en mente, como el ejército & las almas que necesitaría para derrocar a su padre. 」

—— ¿Tu eres solitaria por elección o fue esto forzado en ti?

— Me gusta el café.

Fue su respuesta y se hizo en pie, aceptando a la vez tomarle del brazo. Podía tomarse un pequeño descanso, se dijo emprendiendo una caminata en la que aprovecha a mirarle con curiosidad renovada. Había bajado la guardia con él, al menos por el momento.

— Señor Stefan, debo decir que también parece ser silencioso. Me refiero a su andar, porque nunca le escucho llegar.

—— ¿Gustarías una taza de café para acompañar?

「 Pregunto de modo que se posicionó al costado de Gala & le ofreció su brazo. El día era joven, pero no duraría así por mucho tiempo, debían aprovechar el tiempo ahora que podían. Mefisto estudio las facciones de Gala, así también como jugó con la idea de hurgar en su cabeza, pero tal vez era mejor no hacerlo, puesto a que podía ser molesto incluso para algunos. 」

Gala movió leve y rítmica su cabeza lado a lado, también le estaba sonriendo. Él tenía razón, no tuvieron una conversación más allá de interacciones puntuales. No era porque ella se negara a ésto, pero tenía cierto temor a que él volviera a "entrar en su cabeza".

— ¿Le gustaría que hablemos para que pueda decirme así también? No me desagrada el apodo, estaría bien.

「 Una sonrisa se curvó al escuchar su apodo. El loro rojo, & era cierto que aquellos animales eran lo más conversadores, no obstante, con el había sido todo lo contrario, sin embargo podía derivarlo a que era debido a la confianza que le tuviera al susodicho para que se abriera, después de todo, su última interacción era meramente con cosas relacionados a su trabajo, nada más. 」

—— Bueno, no he tenido el privilegio de tener una platica amena contigo.

— Me lo han dicho, pero no solía ser así. En Italia me decían pappagallo rosso...porque hablaba mucho, como supuestamente lo hacen los loros.

—— ¿Te han dicho que eres bastante callada?, al menos es así como yo te percibo.