cherrywurm

Agazapado su ritmo cardíaco descendió, aprovecho la naturaleza para disfrazar su aroma tomando de la tierra caracoles mismos que aplastaba para untarse sobre la piel la composición verdosa y babosa.

Pero no seria suficiente, había que bajar su temperatura y el ambiente fresco no era un gran ayudante a no ser que el río que corría varios kilómetros atrás dejará una fuente surcada en algún camino cuesta abajo. Su sentido auditivo permaneció en lo alto, escuchando hojas crujir y su aroma que había guardo tan bien en sus fosas nasales le hacía arder la nariz.

Quieto y más quieto, sabe que su tamaño es un problema pero ha aprendido a andar sin hacer tanto ruido (gracias a esos zapatos de piel) podía hundirse más al fondo, entre hojas y césped pero las ramas se atoran, crujían conforme se mezclaba con la naturaleza. Era astuto, tomo unas piedras y fue lanzando en varias direcciones que el ruido hiciera eco, que disfrazara sus movimientos. — Shhh... — Muy bajo, respiraba cada tanto y aguantaba el oxígeno.