— "Si algo llegase a pasarte, ¿qué haría yo?" — Repitió las palabras que alguna vez Tenma le había dicho, palabras que habían quedado grabadas a fuego en su memoria, aun cuando sus vidas ya no corrían peligro.
Apretaba los labios mientras le miraba, intentando controlar el temblor de su mentón. ¿Tanto cambiaban las cosas ahora que no tenían que ocultarse ni huir por sus vidas? ¿Tan poco importaba ella ahora que estaban "a salvo"?
No era justo que tras vivir todo ese calvario juntos, despues de tantos años, su decisión fuese irse, dejarlo todo atras. Incluyendola.
— ¿Un tiempo indefinido? — Eso era solo una forma sutil de decir "Por siempre".
— Yo he decidido retomar mis estudios, me darán la oportunidad luego de que el doctor de el visto bueno... Me dejaran presentar mi tesis y... — ¿Qué estaba haciendo? ¿Intentaba volver esa suerte de adiós en una competencia? ¿Quería acaso demostrar que no le importaba cual sería el paradero del doctor?
— Estoy cansado. Cansado de este sitio y los recuerdos que me trae. He decidido ingresar al programa de Médicos Sin Fronteras. Estaré viajando. Por un tiempo indefinido. —
Una aflicción silenciosa parecía haber anidado en la mirada del japonés y no era para menos; después de los funestos eventos de Ruhenheim, la pesadilla se había extendido por meses de procesos judiciales.
Por fin había recibido no sólo la exención de culpa sino una vana disculpa por parte de la policía Alemana. Su nombre había quedado limpio, su reputación recuperada, pero nada de ello traería a la persona que era antes.
