Daba por sentada y terminada la conversación cuando le vio levantarse, continuamente acomodar su saco; aquella chiquilla sentada tan cómoda bajo su piernas para en un pequeño brinco quedar de pie y caminar hacia el.

Sobre todo por su vaga respuesta. — Así lo harás... Le has de llamar por su nombre ¿Verdad? Doctor...— Observo el pequeño distintivo en la saco. — Kenzo.—

Sin verse en la necesidad de seguir entrañando entre las telarañas que se formaban en la mente humana, era capaz de deducir que se encontraba justo frente a ella miles de esqueletos arañando en busca de salir, en decir; tenia una carga muy grande en su interior.

Dejando la paleta a un costado de su mejilla haciendo bulto, recibía aun mas información que ciertamente llamaba a buscar respuestas, pero, pero...pero ¿por qué? la realidad era que alguien se ajuntara un nombre distinto es una practica común entre los artistas para ocultar su identidad he aquí una duda la asalto pues de tanto hablar del tema. — Querer ser nombrado o recordado de alguna manera sentir que existió.— Una hipótesis que salio como una mariposa reboletando de la mente de Candy.

Encogiéndose de hombros termino mordiendo el caramelo de la paleta hasta romperlo en trozos pequeños, masticándolos intentando que no sonaran como si comiera vidrios. [...]

Era triste para la joven de cierta forma los humanos a veces son crueles con ellos mismo, pero esto era algo que siempre había estado presente, la crianza que le inculcaron fue siempre a base de verdades nunca le han mentido, siendo demasiado madura desde muy temprana edad.

Vaciando un poco sus pulmones, mientras aquel hombre notaba las palmas de su mano como si en ellas estuviera la repuesta de la creación; desvió un momento la mirada cuando una enfermera se aproximo entregándole una paleta, bueno eso no lo esperaba pero agradeció el gesto.

— Todos tenemos uno, yo no estoy excepta de tenerlo lo importante es saber vivir con el y domarlo.— Quito el envoltorio para poder comer aquel dulce, había comido algo en mal estado y su estomago luchaba. — Deja de llamar al monstruo como uno y recuperara parte de su humanidad digo yo.— En su opinión a veces esa era la solución.

Candy mantenía sus ojos fijos en las acciones de aquel mayor, por supuesto de igual manera prestaba atención a sus palabras agrandando su sonrisa. — Efectivamente si se le es privado a un infante alguna sensación puede que le resulte extraña con esto se activaría su deseo por encontrar o darle nombre ¿no te parece interesante? Con ello se puede reconstruir su manera de pensar para plantar en su mente algo mas.— Y por lo que podía entre ver estaba en lo correcto así como aquel doctor, eran dos puntos de vistas que apuntaban hacia una misma dirección pero a su ves la platica se había intensificado un poco mientras que la joven tamboriteaba sobre sus rodillas con sus dedos.

— Entonces solo quería encontrarse a si mismo, adaptándose al unico nombre que incluso hasta el día de hoy le están dando "Monstruo"— [...]

— Me estas diciendo que un monstruo puede no tener conocimiento de si mismo, pero si conocerse tomando un aspectos tales para camuflajear su naturaleza.— Posando sus mejillas sobre su mejilla mantenía la conversación que tan particular he interesante le resultaba ser a la joven, siendo de un momento a otro los demás que se encontraban parecían pasar a segundo plano. — Quiero ver ¿Me enseñas al monstruo dentro de ti?— ¿Por qué? ¿Por qué la joven pensaba que había un monstruo dentro de el? tal ves porque sabe que todos tenemos una bestia viviendo dentro de nosotros.