(...) beso, pero así tampoco era muy cómodo que digamos...Le tocaba entonces tener que pedir permiso.

—Tengo que transformarme, aunque sea un poco para ello así que… ¿Ya me puedo sanar?...

Recordó entonces ese tren de pensamiento que tuvo cuando pensó en los Ahroun, pero que ella le arrancó con solo mencionar el día en que nació.

—A propósito… ¿También puedes cambiar de forma?

(...) mas no alejándola del todo, tan solo era un reflejo propio de un guerrero que reconoce la fuerza que tiene al frente, a decir verdad, ni si quiera esperó que hiciera aquello, ni sabía que su rostro había enrojecido al sentirle trazar en torno a su mentón solo sintió un poco de calor extra. Al momento de que el pulgar se paseaba por su labio, este dejó salir unas cuantas gotas del férreo líquido carmesí, mismo que al igual que el ajeno era distinto al de un mortal.

— Fuerte y claro… ¿Puedo?

Bajó un poco la mirada, claramente lamentaba sus acciones previas para con ella, aunque tras una breve pausa, no pudo evitar llevar la mano que tenía libre detrás de la cabellera ajena sin tocarle eso sí, la miró a los ojos como buscando permiso con esa misma interrogante, que de tenerlo no dudaría en dejarle una ligera caricia en descenso por esa trenza, fue un gesto que no pudo evitar hacer, sintió que era un instinto que lo llamaba a hacer aquello, honestamente quería darle otro (...)

(...) detalle, ahora picaba su entera curiosidad, deseaba saber más de su origen.

—Qué interesante, me hubiera gustado saber cómo alguien tan fuerte llegó a este mundo…

Atisbaba lo que iba quedando de esa herida con un leve dejo de preocupación, aunque aquel gesto fue temporal, pues su respiración se vio acortada por la presión que ella ejercía encima suyo, iba a dejar salir un quejido de dolor, pero le fue imposibilitado por unos segundos hasta dejarlo salir entre el profundo beso, parpadeó con fuerza un par de veces ante la mordida y al separarse olisqueó, ya lo sabía, estaba sangrando, y de hecho iba a ofrecer su brazo para pagárselo de vuelta al instante.

—Me…Me parece bien, prefiero actuar a hablar y creo que te quedó claro la última vez.

Tan poco alejaría su rostro en lo más mínimo del ajeno, siguió deslizando las yemas de sus dedos por su hombro hasta trazar ligeramente su brazo, mas, al notar su mano acercarse reaccionó, alzando la cabeza un poco, (...)

Un pequeño bufido de alegría se escapó de entre sus labios al escuchar ese comentario, sus ojos azules oscuros le observaron fijo al curvar una pequeña sonrisa tras mencionar algo y asentir con la cabeza como una aprobatoria respuesta.

— De alguna manera tendré que aprender y te he dicho que soy bastante resistente.

Prestaría especial atención a cada gesto ajeno con sumo cuidado, aunque su rostro no lo delatase demasiado. Estaba empezando a sentir y por lo tanto a comprender, que debía de tratar como si de explosivos se tratase aquel temperamento ajeno, tan similar al de un Ahroun que de hecho ese comentario al respecto era acertado en muchas cosas, solo que, a diferencia de esa mujer, estos lo expresaban de maneras menos conspicuas y salvajes, otra diferencia que notaba era que los Guerreros del Plenilunio eran más propensos a transformarse en su descontrol de Rabia, ahora se preguntaba algo nuevo, aunque ese pensamiento fue ligeramente interrumpido al escuchar ese (...)

(...) trazó con suavidad el contorno del mentón masculino, incluso con el pulgar trató de tomar el labio inferior, solo para poder observar la herida que esperaba haber realizado, pero ya en otra ocasión lo había pateada en el rostro y no había quedado marca, por lo que esperaba cualquier cosa.

— No vuelvas a hacer una estupidez así a menos de que lo ordene. ¿Entendido?

No había espacio a replicas, pero al mismo tiempo, era un perdón implícito hacia el hombre, por supuesto que todavía debía redimirse pero le estaba dando la oportunidad de hacerlo. Había encontrado un juguete divertido y sería una lástima deshacerse tan pronto de él.

(...)
— Bajo tierra a miles de metros, es lo único que sé de mi nacimiento.

La ironía en sus palabras acompañaba el encogimiento de hombros, ya solo quedaba un ligero entumecimiento, no había tanto dolor pero si incomodidad.

Su mano, que hasta el momento no había realizado ninguna presión, la ejerció, no para causar una herida pero si para detener el suministro de aire de manera momentánea. No era tan suave o benevolente para solo besarle y olvidar todo. Aunque parecía un ritmo lento, ella se encargo de profundizarlo y justo antes de separarse, le dejó una pequeña mordida en el labio inferior, hecha con toda la intención de provocar una herida abierta. Se relamió los labios y su mano dejó de presionar. Había cumplido con aquello que quería hasta sentirse satisfecha por completo.

— Conmigo las palabras no funcionan, vas a tener que hacer algo más que decir lo siento, bonito.

No alejó su rostro y permitió el contacto. La mano del lado herido replicó sus acciones y (...)

Cuando vio como limpiaba la sangre que había obtenido de su herida, sintió un ligero alivio, si por alguna estúpida razón se le ocurría probarla, podían suceder cosas muy malas y es que ahora que conocía esa "segunda forma" no podía descartar que decidiera realizar alguna tontería de ese estilo.

— Tendré que tallar ese sentido de supervivencia a mi alrededor, así sea a golpes.

Quería negar lentamente con la cabeza e incluso sonreír ligeramente, su enojo se había esfumado con la misma rapidez que había aparecido. Tan volátil como una llama cerca de la pólvora, en segundos pasaba de una sonrisa a cortar una cabeza o al revés, pero tampoco iba a desaprovechar el sentimiento que parecía haber generado en él. La dulce culpa que lleva a los seres a hacer cualquier cosa por desaparecer ese molesto sentimiento, y ella se incluía perfectamente en esa descripción, por eso evitaba a toda costa acciones no calculadas que pudieran desencadenar un estado de esa índole. (...)

(...) acostumbrado, paz, a la vez que correspondía a esa acción uniendo sus labios a los contrarios en el beso, ahora que sus manos estaban limpias de la sangre ajena, sujetó su mentón con la derecha, permitiendo que se profundizara un poco más, aunque sin perder lo suave. Llevó la mano izquierda al hombro contrario deslizando las yemas de sus dedos sobre el lugar antes afectado.

— Tú me puedes enseñar esas cosas...Y en verdad lo siento.

(...) ocultaba ese gesto.

Asintió con la cabeza dos veces, cerrando la boca completamente con esa misma amplia sonrisa, no diría nada, comprendía las circunstancias en las que estaba, se quedó quieto, buscando la mirada contraria, no tenía la cara de uno, pero casi parecía un perro regañado, quizás el beso en la mejilla contraria podría rectificar un poco las cosas, mas no lo sabría.

Al ser sujetado del cuello solo dejó su rostro frente al opuesto, no iba a retroceder, porque ya hasta se detuvo ante la misma idea, tan solo observaría cada expresión, al menos ser capaz de invocar esas emociones en un ser tan frío le era motivo de bastante alegría, era una labor que solo uno de los mejores Galliards podría cumplir, o eso pensaba, aunque el reemplazar esa decepción con diversión para nada se lo esperó, la miró a los ojos. Iba a responder algo, pero no tuvo tiempo de completar la oración.

— Tú me puedes ens--

Su mirada encontró una emoción a la que realmente no estaba (...)

(...) reconocer al Alpha en todas las circunstancias, aunque claramente le era solo un poco inusual el respetar de esa manera a alguien que no tuviese rango alguno entre su sociedad, a decir verdad, esa actitud podía hacerlo recobrar la paciencia y control hasta a golpes, su siguiente comentario amplió su sonrisa hasta hacerlo reír ligeramente, casi conteniendo una carcajada.

— Entendido, a veces se me olvida que solo eres como una Ahroun en espíritu, me hace preguntarme si naciste bajo una Luna Llena.

Cuando terminaba de limpiar la sangre entre sus dedos, su mirada se enfocó un poco en observar esas heridas contrarias regenerarse, ahora que recuperaba la templanza que su Rabia desgarró, se sentía un tanto culpable de lo provocado, casi cabizbajo, aunque ello no perduró mucho al mirarle fijamente, dando medio paso hacia atrás cuando ella avanzó, deteniéndose apenas notaba aquella sonrisa, danzando entre la desesperación y la esperanza alimentada por curiosidad de saber qué (...)