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Estaba más que sorprendido, no por la explicación, eso no lo podía siquiera entender aunque lo obligarán. Sorprendido por imaginar la cantidad de ceros que habría en esas cifras. Pero... —No.— es lo que dijo después de un breve silencio.

—No podemos perder nuestra dirección, tenemos clientes que dependen de nosotros. Hemos sabido mantener este negocio y lo seguiremos manteniendo como lo dicta la tradición.— dejo escapar un poco de humo, golpeando el frente de la pantalla. —"cyber-yakuza", suena ridículo. Ya te lo dije "Nada puede contra un papel y un bolígrafo" lo importante se hace a mano.

Se cruzó de brazos rehusandose a aceptar, hablando de esa forma tan friki y "vulgar" no lograría hacerlo cambiar de parecer, mucho menos haciéndolos llamar "dinosaurios" a sus clientes y a él.
Sujeto el cigarro entre sus labios, buscando como encenderlo, pasaba por su mente la idea de que algo de este "negocio" no le agradaría. Pero le daría una oportunidad, después de todo Zyko no lo a decepcionado ¿O si?

Al estar más cerca del joven, noto su aspecto desalineada y sombrío. Sabía de la fascinación de Zyko por la tecnología, incluso antes de ser detenido y mandado a la cárcel, pero no esperaba que esto escalara de un par de juguetes hasta tener un departamento repleto.
Inclusive haciéndolo cambiar parte de su aspecto y vida.., hablaba de sus prótesis.

Sus pupilas se contrain ante la luz de la pantalla y sus cejas levantadas ante la sorpresa.

(...)
ZykoArasaka · 26-30, M
El joven yakuza entonces tomó una pausa para aclarar su voz , y sobretodo sus ideas, las cuales externó.

—¿Recuerdas a esos idiotas de Sony? Bueno pues, mira esto, —Acto seguido, levantó su ordenador portatil y le mostró la pantalla, observándose en una carpeta a la que llamó unicamente "024da". La abrío y posteriormente arrancó un archivo XML donde venía una gran cantida de tablas con información de usuarios de todo el mundo, donde incluso destacaban las cuentas de celebridades.

—He hackeado la base de datos de Sony. Nos darán un mogollón por esto. Y aquí es donde empieza nuestro negocio de cyberseguridad. ¿Te has detenido a pensar? Nos la hemos pasado dando protección a dinosaurios que apenas y tienen para pagarnos. El verdadero ingreso se encuentra en la información digital. —Tomó unos segundos para respirar, estaba tan emocionado en su discurso que hasta su voz se esfumo efímera por unos instantes.

—¿Qué piensas? Esto es sólo el inicio para la "Cyber-Yakuza"
ZykoArasaka · 26-30, M
El albino estaba desvelado y apenas logrando ponerse de pie ante el desgaste físico. Todos los cables de sus ordenadores, sus servidores y gadgets deambulaban por la zona sin éxito para ocultarlos ante la inminente llegada de Sho. Sin embargo, era tal su entusiasmo que le daba igual en este momento la impresión que pudiera dar. Si bien, una parte de él, pensaba que Sho podía molestarse, otra parte insistía en que se lo agradecería. Puesto trabajó muy en duro en conseguir algunos negocios en las cryptomenadas y en el manejo de información hackeada. Desde audios clasificados hasta vídeos con contenido relevador, tenía toda una carpeta llena de información delicada que podía servir como moneda de cambio y para demostrar, el potencial tecnologíco de la Yakuza.

—Hey, Sho. —Mencionó no sin antes dar un saludo de cortesía como lo ameritaba el código de honor. —Sé que tengo desastre, pero todo tiene su justificación. Llevo sólo un par de días sin dormir, pero la buena noticia...

(...)
(...)

Se dispuso a tomar asiento en algún libre, antes cuidando de no caer por culpa de algúno de sus gadgets. —Por estas cosas odio la tecnología...— vocifero en sus adentros, prefiriendo sentarse sobre el brazo del sillón.

—¿Cuál es ese negocio del que quieres hablar? No te había notado tan entusiasmado, aún así no te aseguro que mi respuesta sea un "si" asegurado.— Después de su advertencia, sacó una cajetilla de cigarros del bolsillo de su saco oscuro.
Apretaba el timbre con insistencia para apurarlo en abrir. Solía demorar en llegar, pero tratándose de una reunión de negocios era importante que fuera lo más puntual posible. No podía ser un vago como solía ser normalmente.

Al escuchar los seguros removerse, se abrió paso hasta la entrada donde hacía el departamento del albino.
Al aproximarse a la puerta, se quedó en silencio escuchando el ruido del otro lado. Se tomó el atrevimiento de pasar para saber que ocurría, pero fue recibido por un puñado de cajas de donde se asomaban cables varios y objetos metálicos.

—¿Pero que es toda esta basura? ¿Esta es la forma de recibir a tu superior, Zyko?— se dirigió con un tono molesto, observando al albino como se esforzaba por buscar un lugar para acomodar su desastre. Una muy mala primera impresión.

(...)
ZykoArasaka · 26-30, M
(...)

—Justo hoy tienes que ser tan puntual, Sho. —Mencionó para sí, escuchando los pasos contrarios aproximarse a su departamento. No era una novedad que la habitación de Zyko era de lo más pintoresca y llena de gadgets, al contrario de su personalidad "serena" habitual, nadie pensaría que su habitación sería la de un friki de la tecnología. Normalmente siempre pensaban que él era algún especie de bandalo o criminal imbecil. En realidad era bastante inteligente, aunuqe a veces su impulsividad lo dejará ver como un joven inmaduro con poca paciencia para el primitivo mundo del a Yakuza.
ZykoArasaka · 26-30, M
Ser el administrador de TI en Yakuza era un reto considerando que es una mafia de dinosaurios. Los miembors con más jerarquía eran también los que más resistencia al cambio ejercían. ¿Cómo diablos demostrarles que no podían seguir con el mismo chip de siempre? Cuando literalmente su orgniazación se basaba en códigos Samurais del japón feudal. No es que él estuviera en contra de los códigos y el honor; al contrario, los consideraba como los pirales de moralidad necesarios para que el clan no cayera en la depravación.

Por lo que habría citado previamente a Sho, para que pudieran debatir sobre el tema de la inversión en tecnología y el nuevo negocio de las crypto. El sonido del timbre no tardó en escucharse, y mientras el albino desactivaba el seguro para que su superior pudiera entrar; al mismo tiempo se encargaba de limpiar todo el desorden y los incontables ordenadores con los que se mantenía día a día recopilando información local y minando bitcoins.


(...)

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