**Ella tan solo asiente con la cabeza, ajena a todos esos conflictos sin entender mucho el contexto de los hechos. Debido a ello no omite más comentario al respecto, solo una mueca un tanto extraña y pensativa a la vez. **
¿Era? ¿Qué le pasó? **Cuestionó sumamente intrigada por ello, ya que sabía por parte de la pequeña Erzebeth muy poco al respecto y realmente no quería tocar fibras sensibles en ella.**
Así es... **Afirma mientras sigue tratando a la chica de manera cariñosa, para proseguir.** Él era el rey de Drachenzunge. El reino que Erzebeth está intentando recuperar. Y que la usurpadora robó a traición.
**Ella tan solo parpadeó un par de veces, tratando de asimilar aquella verdad mientras era peinada por la mujer. Claro que en el fondo lo sabía pero aún así no esperaba que le fuesen a soltar aquello de ese modo. Sin embardo ante la mención de alguien que no conocía, solo ladeó la cabeza.** ¿Ebernard? ¿Es el padre de Erzebeth?
Cariño... te han engañado. Por muchos años.~ **Responde en un modo totalmente maternal, acercándose a ella, con un leve dejo de pena por la chica; a quien peina y acomoda los cabellos, cariñosamente.** Ellian no fue un príncipe. Nunca. Ni él ni sus descendientes. Cometieron traición y se les despojó de su reconocimiento a nuestra familia. El verdadero príncipe fue Eberhard. Y su heredera ahora es Erzebeth.
**Estaba dudosa en confesar o no lo que habían hecho con ella, más aún porque no conocía a la mujer, pero a juzgar por sus rasgos y su apellido puede que ella solucione un poco su situación en el castillo.** Yo no soy de este mundo, aparecí un día dentro del castillo del señor Ellian, quince años atrás y en ese entonces no permitieron que saliera. Tengo poderes curativos, supongo que es por eso... Ellos me dieron el falso rango de princesa... bueno no se si es falso, nunca me molesté en preguntar.
**Ella tan solo negó con la cabeza repetidas veces mientras mantuvo ese alegre semblante en el rostro.** No, no somos hermanos de sangre, a mi me adoptaron en su familia... bueno no. **Replica aquello último mientras ladea con sutileza la cabeza.** Es... extraño.
