Se alegra de que haya preguntado eso, aquí es cuando sus habilidades como profesor resplandecen con fuerza.
—Esa es una buena pregunta, es incómodo, más no pesado.—Respondió de forma animada mientras se pasaba el gran martillo de mano en mano como si fuera un palo—. Es una arma que uso para abarcar más espacio en un golpe y crear torbellinos solares.
Nuevamente empuño con ambas manos su arma para alzar sola la cabeza del martillo sobre la de él y terminar un estruendoso golpe en el suelo, el alrededor se agrietó provocando un leve temblor, pero las grietas avanzaban hacía adelante con un brillo dorado hasta que se alzó casi un pilar de fuego lejos de ambos.
—Es bueno para controlar a las masas y nunca la usaría para pelear uno contra uno, para eso están mis manos.—
**La chica solo observó con bastante detenimiento y asombro aquel ataque cuan sus flamas se transformaban en aquel objeto, sin embargo, aún tenían algunas inconsistencias ya que pudo notar a simple vista como este le pesaba tal objeto.**
Uhm... ¿Por qué tienes eso? ¿Se te hace cómodo pelear así? **Cuestionó con ese tono dulce y aniñado, mediante sus ojos se paseaban meticulosamente sobre aquel objeto, tratando de comprender su uso, ya que, a su vista, un arma pesada no era para nada cómoda para pelear. Quizás para intimidar o mismo para romper cosas, pero en batalla, el mal uso de un arma iba arraigado de una posible muerte.**
Y ahí estaba el moreno detrás de la menor, sus manos liberaban las llamas del sol las cuales poco a poco tomaban forma de un martillo que casi le doblaba el tamaño y al final del moldeo un estruendoso sonido de campana se hizo escuchar desde el Dios. Él solamente empuñaba su arma dorada con ambas manos, es malo sosteniendo cosas más grandes que él.
