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ZhongliLapisDei · M
[...] E invitó a abandonar la sala.
Un gesto de caballerosidad, tras una noche de juegos, tentaciones y estrategias.
Un gesto de caballerosidad, tras una noche de juegos, tentaciones y estrategias.
ZhongliLapisDei · M
–¿Por qué no estarías cerca?– Preguntó él, acariciando su mejilla, ligeramente forzándola a verle a los ojos, como si exigiera sus más absolutas lealtad y honestidad. Pero esta vez, con una burlona sonrisa en su rostro. Cómo si sus palabras demandaran la verdad fría, y su rostro por el contrario, priorizaba la diversión del momento por sobre una confesión.
–Pues, éste lugar es demasiado indiscreto, tu auto ha sido llevado a mi cochera, y tu antiguo amor está lejos.– Dijo, mirándole a los ojos, imponiendo a ella su juego, y dejándola sin salidas en su juego.– Supongo que solo queda mi auto, que te llevará a dónde yo quiera llevarte.– Acercó su rostro al de ella, profundamente cerca, sentía en el aire su aliento y su seductora fragancia, parecía querer besarla, pero en el último momento, retrocedió, llevando las manos al bolsillo, sacando del mismo las llaves de su auto.
–Es hora de cerrar la oficina, ahora es cuando podemos respirar.– Indicó, abriendo la puerta de la entrada e invit
–Pues, éste lugar es demasiado indiscreto, tu auto ha sido llevado a mi cochera, y tu antiguo amor está lejos.– Dijo, mirándole a los ojos, imponiendo a ella su juego, y dejándola sin salidas en su juego.– Supongo que solo queda mi auto, que te llevará a dónde yo quiera llevarte.– Acercó su rostro al de ella, profundamente cerca, sentía en el aire su aliento y su seductora fragancia, parecía querer besarla, pero en el último momento, retrocedió, llevando las manos al bolsillo, sacando del mismo las llaves de su auto.
–Es hora de cerrar la oficina, ahora es cuando podemos respirar.– Indicó, abriendo la puerta de la entrada e invit
SW-User
—Acomodó el reloj en su muñeca casi de manera ceremonial, quizá demasiado cuidadosa. Al ajustarlo, presionó el botón que servía para mover las manecillas, haciendo que brillara una luz nocturna.— Trate de llevar el reloj cuando yo no esté cerca. Cómo podría adivinar, es lo que me hará que nunca le pierda de vista. No estalla ni nada parecido, por si eso le preocupa.
—Se había llevado la mano al mentón unos momentos, quedándose en silencio unos instantes. Se giró para cerrar su maletín cuidadosamente, colocando la contraseña, para luego volver a él; su rostro ahora era liviano, casi soñador, y había una sonrisa provocativa en sus labios.—
Es algo tarde ya, cielo. ¿No crees que es hora de... Relajarnos un poco? Tu sabes... Fuera de oídos y vistas entrometidas...
—Se había llevado la mano al mentón unos momentos, quedándose en silencio unos instantes. Se giró para cerrar su maletín cuidadosamente, colocando la contraseña, para luego volver a él; su rostro ahora era liviano, casi soñador, y había una sonrisa provocativa en sus labios.—
Es algo tarde ya, cielo. ¿No crees que es hora de... Relajarnos un poco? Tu sabes... Fuera de oídos y vistas entrometidas...
ZhongliLapisDei · M
Él rió, como si hubiere sido una broma de alguna especie de retorcida broma.
–Me pregunto... Si alguna vez estuvo cuerda antes de dedicarse a lo que se dedica.–Musitó, con un chiste entonado por una voz mustia, una voz que no hacía más nada sino bromear.
–Aunque, supongo que no importa.– Suspira el jefe.–Como le dije, necesitaré a más personas como usted, pero no encuentro a nadie más que sea como usted.–Dijo, caminando lento, ladeando los hombros y con el pecho lo más abierto posible.
Llegó hasta su espalda desnuda por unos momentos, acariciándola con sus dedos.–Lo me obliga a necesitarle a usted en particular.
Arqueó las cejas al ver el regalo de la joven. Un lujo interesante, de una persona interesante.
Pero, como si ella fuese la mujer acomodando la corbata del marido, él extendió la mano, esperando a que ella le acomodara el reloj. –Mi nombre es Giusepe, pero en público me puedes llamar "amor", "corazón", o lo que sea que hablen los putos enamorados hoy día.
–Me pregunto... Si alguna vez estuvo cuerda antes de dedicarse a lo que se dedica.–Musitó, con un chiste entonado por una voz mustia, una voz que no hacía más nada sino bromear.
–Aunque, supongo que no importa.– Suspira el jefe.–Como le dije, necesitaré a más personas como usted, pero no encuentro a nadie más que sea como usted.–Dijo, caminando lento, ladeando los hombros y con el pecho lo más abierto posible.
Llegó hasta su espalda desnuda por unos momentos, acariciándola con sus dedos.–Lo me obliga a necesitarle a usted en particular.
Arqueó las cejas al ver el regalo de la joven. Un lujo interesante, de una persona interesante.
Pero, como si ella fuese la mujer acomodando la corbata del marido, él extendió la mano, esperando a que ella le acomodara el reloj. –Mi nombre es Giusepe, pero en público me puedes llamar "amor", "corazón", o lo que sea que hablen los putos enamorados hoy día.
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... es en realidad una fortaleza en mi trabajo. —Se acomodó el cabello rojo con un movimiento de sus dedos, y se giró hacia su nuevo jefe.— Un regalo para usted. —Dijo, mientras volvía a acercarse; en su mano derecha llevaba un reloj Rolex, cromado, analógico.— Por cierto, ¿cómo debo llamarlo? Frente a la gente. Sería raro que le dijera jefe.
SW-User
—Se separó de él tan pronto la secretaria entró, solo para tomar ella misma el maletín, deslizando los dedos por éste hasta los seguros, que abrió de forma cuidadosa.—
No está muerto, solo en otro país, lejos de mi caos. —Se había subido la falda casi hasta la cadera, solo para atar, en el encaje de sus medias oscuras, un cinto delgado con algo que no permitía verse bien por el ángulo.— En su palabras, necesito un psiquiatra. —Hizo lo mismo en su otra pierna, ajustando suavemente la liga de la media, deslizandose de nuevo el vestido para cubrir perfectamente lo que había colocado allí. Se deshizo de la parte frontal de su vestido, dejando su espalda desnuda descubierta, colocándose otro cinto que le rodeaba ésta y debajo del pecho, volviendo a acomodar su vestido.—
Yo, en lo personal... Considero que lo que él piensa es una debilidad...
No está muerto, solo en otro país, lejos de mi caos. —Se había subido la falda casi hasta la cadera, solo para atar, en el encaje de sus medias oscuras, un cinto delgado con algo que no permitía verse bien por el ángulo.— En su palabras, necesito un psiquiatra. —Hizo lo mismo en su otra pierna, ajustando suavemente la liga de la media, deslizandose de nuevo el vestido para cubrir perfectamente lo que había colocado allí. Se deshizo de la parte frontal de su vestido, dejando su espalda desnuda descubierta, colocándose otro cinto que le rodeaba ésta y debajo del pecho, volviendo a acomodar su vestido.—
Yo, en lo personal... Considero que lo que él piensa es una debilidad...
ZhongliLapisDei · M
Aunque, de cierto modo podía esperar que aquella mujer hubiese perdido a un ser amado, no podía evitar tener... Incluso cierta empatía hacia ella, y si no era eso, al menos se le parecía bastante.
Estaba curioso por saber si ella seguía cambiando de bando, luchando de frente en frente, sirviendo de jefe en jefe, por nada más que el mero deseo de encontrar un destructivo final a una vida sin amor.
Después de todo, ¿qué quedaba en este mundo de mierda, si no el amor?
No dijo nada con respecto al esposo de ella. No debía.
Se limitó a persignarse, como un mudo ofrecimiento de condolencias.
Pero la nostalgia fue rota por la secretaria, quieren había vuelto con el botín.
–Dejelo encima del escritorio. Gracias, le llamaré cuando la necesite.–Dijo él a la empleada, quién siguió la orden y cerró la puerta al salir.
–Eso espero. Te quiero cerca, tan cerca como un traidor a vigilar.
Estaba curioso por saber si ella seguía cambiando de bando, luchando de frente en frente, sirviendo de jefe en jefe, por nada más que el mero deseo de encontrar un destructivo final a una vida sin amor.
Después de todo, ¿qué quedaba en este mundo de mierda, si no el amor?
No dijo nada con respecto al esposo de ella. No debía.
Se limitó a persignarse, como un mudo ofrecimiento de condolencias.
Pero la nostalgia fue rota por la secretaria, quieren había vuelto con el botín.
–Dejelo encima del escritorio. Gracias, le llamaré cuando la necesite.–Dijo él a la empleada, quién siguió la orden y cerró la puerta al salir.
–Eso espero. Te quiero cerca, tan cerca como un traidor a vigilar.
SW-User
Me temo que este trabajo no me da muchas conexiones afectivas con otras personas... Estuve casada, pero está persona no va a aparecer en mi vida ya, y, en todo caso, jamás se metía con mi trabajo.
—Descendió ambas manos desde sus hombros hasta su pecho, pero parecía más querer alisar la prenda del caballero que tener una intención secundaria; incluso su vista, neutra, seguía el movimiento de sus propias manos.— Y, bueno, es claro que voy a acompañarle, por seguridad, a cualquier lugar en el que sienta que quedará vulnerable, sea un restaurante, un hotel, el asiento trasero de su automóvil...
—Giró suavemente la cabeza en dirección a la puerta, guardando silencio unos momentos.— Su secretaria está de vuelta...
—Descendió ambas manos desde sus hombros hasta su pecho, pero parecía más querer alisar la prenda del caballero que tener una intención secundaria; incluso su vista, neutra, seguía el movimiento de sus propias manos.— Y, bueno, es claro que voy a acompañarle, por seguridad, a cualquier lugar en el que sienta que quedará vulnerable, sea un restaurante, un hotel, el asiento trasero de su automóvil...
—Giró suavemente la cabeza en dirección a la puerta, guardando silencio unos momentos.— Su secretaria está de vuelta...
ZhongliLapisDei · M
–¿Lo sería?– Preguntó, sujetando sus caderas suavemente, acariciándolas con el pulgar. Aunque contemplaba la mirada de una mujer peligrosa, él no titubeó, y mantuvo su vista atenta a los ojos ajenos.
–Sería más sospechoso que alguien estuviese corriendo la voz. Si no fuera yo, diría que alguien está manipulando las creencias de los demás para un objetivo particular.–Dijo, burlándose por lo bajo.–Nadie lo sabrá por mi boca, sería más natural que nos vieran saliendo de un restaurante, o un hotel.– Afirmó él, invitándola, retándola.
–¿Y usted, mi amante? ¿tiene alguien con quien usted deba ser honesta?
–Sería más sospechoso que alguien estuviese corriendo la voz. Si no fuera yo, diría que alguien está manipulando las creencias de los demás para un objetivo particular.–Dijo, burlándose por lo bajo.–Nadie lo sabrá por mi boca, sería más natural que nos vieran saliendo de un restaurante, o un hotel.– Afirmó él, invitándola, retándola.
–¿Y usted, mi amante? ¿tiene alguien con quien usted deba ser honesta?
SW-User
—Se quedó silenciosa, de pie, cuando entro aquella mujer a la oficina, manteniendo su rostro sereno y gélido, como usual, entregando con docilidad sus llaves; tan pronto ella se retiró, caminó hacia donde estaba él y, de forma un tanto extraña, deslizó ambas manos sobre los hombros del hombre, lentamente, casi como una invitación... Tenía interés en saber la reacción que tendría.—
¿No cree que... Sería misterioso que, de pronto, usted tuviera una amante? ¿Planea decirle a alguien más acerca de esto? Es importante saberlo para mí... Para averiguar cómo actuar...
¿No cree que... Sería misterioso que, de pronto, usted tuviera una amante? ¿Planea decirle a alguien más acerca de esto? Es importante saberlo para mí... Para averiguar cómo actuar...
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