Aquellas prendas que solía usar para batalla habían dejado de ajustarle sin producirle ahogo y algo de dolor. ¿Quizás antes las usaba lo suficientemente justas? O tal vez su estado era la razón. ー La primera opción. Se respondió, prefiriendo darle menos importancia a lo evidente en el reflejo que el espejo le devolvía.
"Enternecida" era describir poco; la pequeña le parece un cúmulo de dulzura e inocencia que le reclamaba el deseo de protegerla y resguardarla hasta de todo. Una Jun sonriente se sentó para quedar a la altura de la pequeñita, para despojarle la frente del flequillo y dejarle un beso. Las galletas, así como el té, estaban servidos en una mesita. Ésta sólo hubo de servir en un platito de cerámica, para dárselo. Luego, sirvió té pero de Jazmín. Ya que el sabor era más suave y floral que el Verde.
