- La famosa frase "El cazador fue cazado" se puso en ejecución en éste instante. Y sólo ella podría asegurar cuán vertiginoso pero placentero a la vez se sentía que tu ser deseado te arrinconara sin aparente escape. Aún así, digna a pesar de su contextura y estatura, alzó la barbilla y pegó la nuca a la pared, mirándolo hacer y añadiendo: Me suena un poco, dame más detalles. Ah. Espera. Recuerdo uno donde una espalda desnuda yacía contra la pared. Y golpeaba varias veces. - Detuvo el tránsito de Lucio, alzando suavemente una pierna para poner la rodilla entre ella y el cuerpo de él.- Consistente, rítmica, su-ges-ti-va-mente... - "Recordar es volver a vivir", bien dicen. El ligero calambre que tensó su vientre fue suficiente como para dar un suspirito entrecortado e intentar escaparse bajo el brazo de él, por un flanco.- Nos terminaremos consumiendo el uno al otro, Centurión. Pero todo sea por tu Diosa, Venus, ¿verdad?

— ... —pudo no haber dicho nada, y vaya que estuvo tentado en dejarlo así por beneficio de ambos, por calma y pudor; pero con ella ya se iba volviendo innecesario ese filtro; por ello, apenas con sentirla cerca de si, se giró para volver de ese ligero acercamiento, uno pleno, caminando, forzándola a echarse hacía atrás hasta hallar la pared—. Un buen tributo a Venus. —murmuró al descender con el rostro sobre ella, paseando los labios por encima de su sien derecha entre sus cabellos sin tocarla con las manos <aún>, pero lo suficientemente imponente para acorralarla entre él y la pared—. Uno donde alguien, tuvo que ser llevada cargando a la cama tras terminar ¿eso te da respuesta? —no quería ser hosco precisamente, sólo dejar claro como buen Romano, cual era su papel ahí.

¿No? Mmn... - Hizo una buena emulación de sorpresa; ceño fruncido y todo incluido. Hasta empezó a caminar lentamente alrededor de él, como quien busca una respuesta. Y al terminar detrás del Centurión, pasa cerca de su costado izquierdo y pega ligeramente su pecho contra él, en aras de susurrar lo siguiente, con un toque de cinismo. - ¿Entonces qué fue lo de la otra noche?

— Una mujer no saca provecho de un Romano, no es así como funcionan las cosas. —Le miró fijo, sin evidencia de dudas en sus palabras, salvo un pequeño alzar de su ceja que dio pie a una diminuta sonrisa soslayada, apenas un vestigio de vivacidad ante sus palabras; cedería, seguro que lo haría.

— Aprovechemos entonces éstos últimos días en Roma antes de volver a las Galias y tú a tus tierras.

Sí a todo lo que estés pensando. {?}