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31-35, M
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QS1520358 · F
Los ojos azulados de la albina, le lanzó una mirada de reproché desde donde estaba, al moreno de cabello negro. Más no dijo nada, al parecer se había ofendido más no quitaban el hecho que tenía razón, si algo le ocurría al posadero sería responsabilidad de la albina. Con sus manos se peinada una cola de caballo hasta arriba, dejando caer su lacio cabello hasta su cadera.

El gesto de la mujer tras escuchar al mayor algo exaltado por la palabras, le coloco la mano en el hombro para hacer que se calmara. Unos segundos después se escuchó la voz de aquel tipo arrogante, mándalo a callar y tras eso un aullido de lobo.

Lo único en lo tiene razón el guerrero, es que esto es mi culpa – realizando un campo de protección resistente a toda velocidad para proteger la posada. – Señor Geo. Puede subir a resguardarse en el ático?– Aunque estaba preocupada le pidió amablemente que se reguarde, esperaba que el dueño de la posada accediera a su petición, para cubrir la puerta (que daba a las escaleras al ático) con una gran capa de cristal que salió de su mano y la haría invisible. – Deberías de cuidar el interior de este sitio…”esclavo”…– Lanzo una mirada retadora y salió por la puerta para enfrentar a los animales desde el exterior.
 
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QS1520358 · F
El posadero se había acercado con su rostro lleno de preocupación, Bueno no era lo más común ver una persona con sangre en su ropa y con un animalito en brazos.– me encontré una cría de lobo mal herida, parece que fue atacado por alguna razón en su manada– suponía aquello por qué estaba lastimado por alguna mordedura. Más no descartaba que fuera de algún animal o cualquier otro ser.

Escucho con mucha atención los comentarios que aquel desconocido hacía. En intermedio de cada una de sus palabras hubo un silencio sepulcral por parte de la dama, hasta que mencionó lo último, que aunque tal vez en buena parte tenía razón, las probabilidades eran de un 50-50. – Tiene usted mucha razón estimado… más de ser así hubiera suficiente carne muy bien tostada para distraer a los lobos – Dijo con cierto torno de altanería pero con una sonrisa encantadora en los labios– Usarlo a usted de Carnada, no vendría mal – dicho lo anterior con mucho sarcasmo.


La albina dio una reverencia al posadero de manera repentina, se había dado cuenta que había traído un animal algo peligroso a la posada– una disculpa Señor Guo, permítame tener a ese cachorro hasta mañana en la mañana que se recupere. – Se dirigió al posadero elevando nuevamente su torsos observando al animalito que al parecer estaba dormido sobre el fino abrigo de aquella reina. Ella había llegado a ese pueblo de manera anónima, sin ningún tipo de renombre.





QS1520358 · F
Tocó la puerta impaciente un par de veces más. Estaba algo apurada por qué le abrieran debido a que la vida de aquel cachorro.

Al sentir que abrieron la puerta y al estarse hospedando, dio una pequeña carrera dentro de la posada, pasó al lado de la persona que le había abierto sin ya siquiera decir algo. Con rapidez Llevo al animalito a la mesa de madera más cercana y su abrigo como si se tratara de alguna especie de cama.

Una pequeña capa de energía invisible para el ojo humano rodeo a aquel animal, aunque estaba regenerando su herida se mantuvo inconsciente, Con eso sabía que sería más que suficiente para que viviera
No había puesto muchas atención a su entorno, hasta que entró en conciencia que no había saludado al señor que era dueño de aquel lugar y que pensó que le abrió la puerta. – una disculpa Señor jima…– Se llevó una sorpresa qué en vez de ser el señor entrado en años, era un joven de piel morena la que le había abierto la puerta; Llegó a pensar que se había equivocado de luga, tras una mirada alrededor salió de dudas, recordaba que era las mismas cosas de la posada.

Su sorpresa fue aún mayor en el momento que regreso su mirada, pudo observar el cuerpo semi desnudo pero bien trabajado de aquel hombre.

Su reacción, fue de voltearse lo más rápido posible y mirar a otro lado, Estaba algo avergonzada y no era para menos – Lo.. Lo siento fue algo imprudente de mi parte entrar precipitadamente–

Sus vestido tenía lugares donde estaba manchado de la sangre de aquel cachorro.
QS1520358 · F
Le había encontrado el gusto estar jugando debajo de la nieve, recordando los momentos de su infancia dónde disfrutaba estar en intemperie jugando con los copos de nieves que caían, aunque luego terminará con algún resfriado.
La temperatura seguía bajando. La mujer ya se disponía a regresar a la posada del pueblo que al hacer tan pequeño solo se podía encontrar una en todo ese lugar.

Dio unos cuantos pasos y fue detenida por un gruñido justo a pocas distancias del lado izquierdo de dónde estaba; Se trataba De un cachorro de lobo, que tal vez se había topado con ella por simple casualidad.
Unos aullidos se escucharon no tan alejado de dónde ella se encontraba – deben estarte buscando pequeño mal humorado– se dirigió la albina hablando con el animalito, mismo que pocos segundos después se desplomo a la nieve haciendo notar el pequeño camino de sangre que dejó a su paso. Sabía que los otros lobos los buscaban y estar tan cerca, ella sería presa de aquellos carnívoros, no podía quedarse más tiempo allí, la nieve empezaba a ser mucho más abundante, avisando una tormenta.

No tenía corazón para dejar solo al animalito, muriendo desangrando y congelado, decidió tomarlo en sus manos llevándolo entre su abrigo. —espero sobreviva… – su intención era llevarlo para poder curarlo.


Tras algunos minutos de caminata, llegó al lugar donde se hospedaba con el animalito entre su abrigo y brazos, su hermoso vestido y parte del mismo abrigo estaba lleno de la sangre de aquel inocente pequeño. Tocaba la puerta del lugar esperando impaciente que le abrieran

QS1520358 · F
[med]Hace unos 5 años atrás:[/med]

Se esfuerza para responder pero su cerebro estaba apagándose cada vez más. Sus manos le tiemblan y las lágrimas le ruedan por las mejillas. Tenía el corazón destruido.

-Señora farlegh… es de suma importancia que nos cuente que puede a ver sucedido o quién puede a ver sido.– pregunto un investigador de la época.

Yo…no lo se…— susurro ella –¿ Theo, está muerto? Por favor, dígame qué no...

En la actualidad:

El asesinato de su hermano menor para Serénety marco un quiebre importante en su vida. La culpa y las ansias por justicia la ciegan por completo; y en su búsqueda de respuestas, decide volver al lugar y pueblo, dónde sucedió aquella tragedia. Aunque había pasado algunos años, ella no había podido olvidar lo sucedido.

Aquella reina camino fuera de su habitación dónde se alojaba, no había pasado mucho tiempo de haber llegado a ese lugar y claramente se podía notar lo ansiosa que se encontraba – No creo que pueda descansar tranquila, hasta que los responsables paguen por lo sucedido– murmuraba para si misma, saliendo a dar un paseó para despejar su mente.
Aprovecha el frío nocturno para portar un abrigo bastante grueso, sobre su vestido hecho a medidas en la época. No se había alejado de la zona donde de estaba hospedando, solo salió a tomar algo de aire y quizás a disfrutar al paisaje campirano que estaba frente.

Unos copos de nieves empezaban a caer sobre la cabeza escondiéndose con mucha facilidad entre su albino cabello. Con las manos intentaba agarrar cada copo de nieve que caía a su lado, era como si de alguna manera por momento olvidará la verdadera razón para estar en ese lugar y jugaba con completa libertar aunque la temperatura bajara aún más.