- ¿Y-Yo? Yo n-no temo. No, no.

Encanta

~Comentó con una sonrisa notando los nervios~ no temas

Y como pudo sonrió a aquella mujer, el único consuelo en el que le quedó centrarse para no caer desmayado. Sin saber siquiera si responderle al saludo, aunque no tardó en tomarle la mano ajena sin poder siquiera controlar el temblor de la propia.

- E-E-Encantado, sí, s-sí. Pero, pero, ¿por q-qué?

La luna demoníaca se acercó al rubio para sonreír con malicia, mientras extiende la mano al joven.

~No te haré daño, por ahora no deseo pleitos~

Saltó en el sitio, maldiciéndose al no haber oído, sentido antes a aquella presencia. Quedó casi completamente paralizado con el solo sentir qué era, incapaz de darle la cara y, con suerte, fue que le salió un tartamudeo.

- N-N-No. No, no, no. No estoy... Solo. N-No, no.

¿Estas solo?