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GrurgutArrancacabezas · 18-21, M
(...) o esperar a que se vaya, ya que un orco que supera con creces los dos metros no es algo que cualquier guardia de pueblo quisiera enfrentar.
Es la actitud "pacífica" de Grurgut, así como su inocencia en lo que respecta a temas sociales, lo que irónicamene lo salva de tener que abrirse paso entre hombres armados.-
GrurgutArrancacabezas · 18-21, M
Cada fibra de su cuerpo, cada vaso sanguíneo hinchado, cada músculo tenso, las pequeñas partes de su ser que componen al imponente orco se alzan cuando se irgue frente a la persona que le dirige la palabra con los mismos modales de su tribu al gritarle. Grurgut, con sus ojos avellanados inyectados en sangre le dirige una mirada que parece oscilar entre la brutalidad primitiva de un ser tribal e instintivo con la mera confusión de un animal. Un par de pasos pesados como dos moles de piedra lo terminaron de acercar sin ninguna sutileza al extraño ser.-

ELFO, ¿SABES DÓNDE ESTÁ MI HAAAAACHAAAA?

-Exclama, gesticulando con sus manos, pero pareciendo totalmente inconsciente del resto de palabras que se le fueron dichas. La particularidad de una mente limitada en conocimientos es que puede mantenerse centrado en su objetivo con mucha facilidad, lo suficiente como para incluso ignorar a los guardias que se ponen detrás de él pero aún no se han decidido si atacarlo (...)
Zaybeth · F
[...] al hocico. Realmente poco le importaba a Loony mientras pudiera terminar de comer.

Zaybeth no lo pensó más y se levantó rápidamente, se sacudió el polvo y, con pasos cautelosos, se decidió buscar a aquel gritón que había perturbado la paz, aunque aquello realmente no molestaba a la elfo.

Una vez ubicado el origen de tal ruido, y sin pensar en realidad, se acercó al orco lo suficiente hasta dejar una distancia que le resultara segura en caso de que las cosas no salieran como esperaba.
—¿Has sido tú quien gritó tanto que logró espantar algunos peces? No me parece que eso sea algo muy... ¿Cómo decirlo?... ¡Pacífico! Si, eso. ¿Estás bien? ¿Buscas un "HACHAA"? — Intentó con eso último imitar el grito ajeno, aunque resultará más vago que cualquier otro.
Zaybeth · F
El día en su momento actual pintaba para sesiones de estudio frente al lago, un trozo de pan y agua en su ánfora favorita, la cuál podía volver a llenar sin problemas con el río y tal vez encontrar algún hechizo que la volviera tan limpia y pura, sin duda alguna un día entero de relajación... O eso creía.

Hojeaba uno de sus libros, precisamente el que tenía los apuntes de cómo usar el agua a su favor en muchísimas situaciones, pero se mantenía disfrutando del ambiente, cálido y relajante.

Loony, su dragón azul y en su forma más pequeña, se mantenía cerca de ella mientras buscaba peces para comerlos directamente después de atraparlos.
Todo estaba en calma, hasta que...


Un grito sacó de sus pensamientos a la elfo rápidamente, elevó sus orejas con el fin de guiarse para encontrar el origen de aquello. Tenía tanta curiosidad, era así que hasta en su rostro se dibujó una sonrisa emocionada mientras miraba a su dragón, aquel que se quedó estático mientras se echaba otro pez a
GrurgutArrancacabezas · 18-21, M
Antes de entrar al pueblo, donde los guardias ya se estaban amontonando para darle una "calurosa bienvenida" con lanzas y espadas, el orco decidió rastrear en busca de una presa más interesante para entablar un combate amistoso o una conversación.
Su olfato, cualidad característica de una raza primitiva como la suya, le permite diferenciar los aromas propios y comunes de los más exóticos, con el tiempo y la compañía adecuada aprendió a diferenciar entre humanos, tieflings, elfos e incluso dragones, ya que en su experiencia como guerrero y aventurero instintivamente lo vio necesario para asegurar su supervivencia.-

Hmpf hmpf. -Sus fosas se abren y se cierran, entonces comienza a caminar mientras se suelta la alarma en toda la villa del lago.-
GrurgutArrancacabezas · 18-21, M
-Los prados que se acercan a las tierras del Este, próximas a la gran costa de Faerun, están llenos de bellos parajes frente a los que incluso los más brutos orcos se quedarían contemplativos. Los grandes lagos llenos de peces y botes son las primeras señales de civilización para un bárbaro que lleva días y días sin haber encontrado siquiera un monstruo que le diera un buen combate.
No es necesario ser un genio para darse cuenta que el agua es señal de vida, y cerca del agua las personas y bestias se amontonan por igual. Por eso ver el poblado no lo sorprende tanto como lo alegra.

El orco se rasca la gran quijada mientras mira sonriente y orgulloso se acerca con pasos titánicos por el sendero paralelo al riachuelo que pronto se extiende en un gran lago con una cascada.-

¡HAAAACHAAAA! -Dice el orco con toda la educación que su tribu le enseñó, acompañando el dulce y cálido alarido monstruoso con un expresión tanto de rabia como de tiera alegría.

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