-Aunque a simple vista parecía el gato no había presentado cambios, ella logro notar como sus rasgadas pupilas se dilataron y el suave pelaje se erizo. Decidida a no fastidiar al felino, bajo su brazo y retrocedió dos pasos al llevar ambas manos a su espalda.- Comprendo, comprendo. No tocaré a Maleza. ~
—Maleza tenía los ojos fijos en la mano de la muchacha, pero Roy trataba de calmar sus nervios con caricias— Es un poco difícil, hay que tenerle paciencia o saldrá corriendo. —y de hecho, el minino ya estaba presionando sus patas contra él para improvisar el escape.
Es precioso. ~ -Mostró una pequeña sonrisa y apenas extendió su mano en dirección al felino, pero sin llegar a tocarlo, deteniéndose a varios centímetros de él.- Hola Maleza, ¿Me dejas acariciarte?
