Observaba las sombrías aguas del Oss'lair, sumido en profundas reflexiones. Las estrellas pagaban el cielo nocturno y Xhanariz reinaba en el firmamento, gigante, roja, maligna y amputada. Evitó mirarla, evitó pensar más de la cuenta, entonces, cerró con fuerza la diestra en un puño que guardaba un juramento imperecedero...~