Resultaba un espectáculo casi chistoso; ella, menuda, delicada y hermosa, intentando sobreponerse al gigante que casi le doblaba la altura y la talla. Él, no dejaba de sonreír, con esa extraña cualidad perniciosa en la mirada. Dirigió la mano recién apartada hacia su garganta. El tamaño de esta casi fue suficiente para cubrirle todo el cuello, y una vez ahí, la cerró, pero sin ejercer demasiada presión, sólo quería cortarle un poco la respiración — ¿Eres demasiado rebelde para someterte a un poder mayor? —Cuestionó con su voz cavernosa, y luego de sostenerle unos segundos la mirada, la soltó, no sin antes tirarle una dentada al aire, como si desease morderla. Tras esto se apartó, soltando otra risotada lúgubre —¡JAWRJAWRJAWRJAWR!
La reacción contraria fue inesperada. Sí, había cambiado y Nye estaba entre dos emociones: molestia, porque odiaba recibir órdenes y vergüenza, porque la estaba tocando por primera vez en años. Entre cerró los ojos, aún con el tenue sonrojo en sus mejillas y lo tomó de la muñeca para apartarle la mano con un poco de fuerza. —Me temo que no soy buena para seguir órdenes, a duras penas y sigo consejos. (??)
Su sonrisa se amplió, y aunque quería que esta fuese síntoma visible de la calidez que ella le inspiraba, su naturaleza cruel y taimada impedía que esto sucediese, tornando dicha expresión, salvaje y lupina. Le atenazó entre los dedos índice y corazón la punta de la nariz — Jawrjawrjawr... cállate, te lo ordeno(?!?)
—¿U-un problema bonito? —se sonrojó levemente, parpadeando un par de veces y bajando la mirada. No esperaba escuchar esas palabras de él nuevamente —¡No te daré motivos para preocuparte! Lo juro.
—...No sé si es más confuso que yo no te recuerde con la misma claridad que tú a mí, o que sienta está urgencia de protegerte. Eres un problema...un problema muy bonito...
—Tengo recuerdos difusos de la persona que eras antes, ahora pareces alguien completamente distinto. Aunque sé que eres tú, me consta, me lo dice el calor de tu presencia porque me reconforta como una gran fogata reconforta a los viajeros errantes en una noche fría.
