—Me gustaría con un enorme listón, mi cielo—. Sonríe juguetona, manteniendo esas caricias dulces sobre su mejilla.

Era la primera vez que la emocionaba un cumpleaños, iba a ser verdaderamente un cumpleaños único. Todo lo que tenía se lo había dado sin ser su cumpleaños y no necesitaba más, sólo sus besos y sus palabras de amor; asiente feliz rodeandolo también con sus brazos. —Y con malvaviscos, corazón. Pero vamos a un restaurante, tengo el lugar perfecto—. Entrelazó sus dedos con los de él para comenzar a caminar con cuidado sobre la nieve.

— Puedo unir dos cajas o envolverme con un listón muy largo. — Le mostró la lengua, recargando su mejilla sobre la mano que lo acaricia.

Las fechas eran importantes y tener excusas para consentirla, siempre eran una alegría. Porque puede darle mucho más sin que ella lo pida o sin ser motivo de festividad. La envuelve desde la cintura y no deja de mirarla, sabe que esas caricias lo relajan demasiado que caería dormido sin darse cuenta. — Hace frío, vamos por chocolate caliente y un pan.

—Suena bastante bien. Me gusta tu manera de pensar, cariño—. Ríe un poco, quiere compartir con su amado todas las fechas y momentos importantes con él. Celebrar su cumpleaños es el más importante para ella pues nunca lo ha celebrado con nadie, es el día más especial que tiene y quiere dárselo a él.

—Eres bastante alto, no creo que encuentres una caja tan grande—. Acaricia su mejilla volviendo a reír por su pequeña broma.

— Podemos patear al universo. — La miraba, sonriente y enamorado. Tiene tiempo para pensar en su cumpleaños y en algo delicioso para comer, a donde iba a llevarla y los regalos que le daría porque los presentes nunca hacen falta.

Siempre que sean ellos dos, consiente la necesidad de bajarle hasta las estrellas. — Entonces buscaré una gran caja.

—No lo sé amor, el universo podría castigarme si pido más. Contigo me basta y sobra—. Arruga la nariz al sonreír aunque también se ríe al escucharlo, pues no tardó en imaginarlo con un enorme moño. —Para nada, a ti no te rechazaría—. Nunca podría hacerlo, lo significaba todo para ella. Así que siempre iba a conseguir un si de parte de ella.

— No tiene nada de egoísta mi amor, mereces mucho mucho y mucho más. — Sostiene su mejilla, muy seguro de sus palabras y procesando la mejor cita para dos, en ese día tan especial que acredita el nacimiento de su amada. — ¿Y si me pongo un moño, vas a rechazar el obsequio?. — Beso su nariz, mirándola está seguro de que los días venideros estarán llenos de alegría y felicidad.

—Si pido mucho mpas sería egoísta. Ya te tengo a ti que es más de lo uqe alguna vez pude haber pedido—. Tomo la mano de su amado para llevarla a su propia mejilla y dejarla sobre esta mientras la frotaba con cariño contra su palma. —Eso no hace falta... Pues mi vida ahora es tuya—.

— Quiero darte más que todo, mucho más. — Hizo anotaciones mental, escritas y digitales con letras gigantes para no olvidar el día que se aproxima muy veloz. — Será una fiesta especial solo para ti, para mí amada Scarlett y prometo no dejarte ni hoy ni mañana, estemos juntos toda nuestra vida.

—No tienes que darme nada... Me lo diste todo en cuanto te conocí—. Sus mejillas la traicionaron al ruborizarse pero no era más que la verdad, él era el mejor regalo que podría haber tenido. —15 de diciembre... Y a decir verdad será el primer cumpleaños que celebro en serio. Por eso es importante para mi tenerte ese día—.

— Tal vez ... Será algo gigante que no podrá entrar por esa puerta. — Suspira con alivio y era una sorpresa que ese detalle tan importante aún no se lo había preguntado. — ¿Qué día y mes?. Necesito preparar algo que sea inolvidable, tu primer cumpleaños conmigo debe ser maravilloso.