— ¿Apetitos? No soy un trozo de carne, soy una reina y apuesto a que están buscandome... Me van a encontrar, desgraciado y te harán pedazos por haber osado abusar de una mujer como yo.

—La única joya que necesito, eres tú. Y claro, las que usaré para adornar tu cuerpo y que sea más atractivo para mis apetitos. ~

— ¡No! No, por favor no... Solo deje irme, prometo darle las joyas de mi palacio si me deja en paz.

—De modo que tengo que recordarte tu lugar una vez más, ¿eh, pequeña puta ingrata? Perfecto... Justo como me gusta. Voy a castigarte.

— Solo quería que mi pueblo viviera en paz y armonía, nunca busqué esa maldición, no pensé que iba a terminar asi. No usaré mi boca para otra cosa si eso es lo que piensas. Lo único que te mereces son insultos

—¿Y quién se buscó esa maldición, eh? ¿Quién lo ofreció todo a cambio de poder y prosperidad? Yo solo he cobrado el justo precio; así que será mejor que empieces a usar esa boca en algo mejor que insultarme.

— ¡Me raptaste! Me hiciste "tu puta" contra mi voluntad, nunca quise serlo. Ni te conocía, simplemente me sacaste de mis aposentos y nunca más me regresaste.

—Llámame como quieras: eso no hará que dejes de ser mi puta.

¡Hombre despreciable!