Observando el estofado de manera detenida y cautelosa, tomo un poco con la cuchara, y dio un sorbo sutil al mismo, el cual era sorprendentemente delicioso, y no parecía haber sido alterado de ningún modo, así que continuo comiendo hasta terminar.
— Aprecio tu preocupación, pero te aseguro que estoy en perfecto estado. — Expreso un tanto cortante, pero al notar lo que sus palabras podrían ocasionar, prefirió bajar la guardia un poco. — Muchas gracias, ha quedado delicioso. — Musito, encogiéndose de hombros.