Rápidamente su mano libre tomaría el escudo de Hyrule con el cual se pondría alerta esperando a que más flechas llegaran a donde se encontraban ambos, principalmente para desviarlos o bloquearlos en caso de ser necesario. No dejaría que la princesa sufriera alguna herida mientras él estaba presente. Por lo que al ver llegar al caballo rápidamente se posicionó a un costado de este, para esperar a que ella subiera primero.

—Vamos.—

Solo dio como indicación, una vez subidos ambos al corcel, este estando detrás de la princesa, daría un golpe a los costados del animal para hacer que avanzara, manteniendo con las manos aquellas riendas que permitían controlarlo.

—¿Alguien sabía que estaba aquí?—

Preguntó sin apartar la mirada del frente, para poder conducir de buena manera al caballo.

— ¡Link! — Grito ante las acciones del héroe, manteniéndose alerta a su alrededor, tratando de discernir que era aquello que los asechaba. Al notar la flecha dirigirse hacia ella, está en reacción cruzo ambos brazos y dio un paso hacia atrás, pero como era de esperarse, Link ya se había encargado de desviar dicho ataque.


De esa forma, Zelda presto suma atención a la reacción de las flechas, notando como las mismas alteraban la vitalidad del jardín. — Esas flechas... ¡Link hay que salir aquí lo más pronto posible! — Observando hacia atrás para ver que la zona estuviese despejada, alcanzo notar a la lejanía a uno de sus corceles comer del césped del jardin; fue asi que sin pensarlo mucho la princesa lanzo un chiflido dirigido al caballo, esperando que el mismo fuese por ellos, y asi salieran rápidamente de la zona de riesgo.

En cuanto el brazo fue liberado, este llevó su mano hacia la espalda propia, tomando el mango del arma que eliminaba las sombras. Intentaba enfocar un ser que por el momento no se encontraba en las cercanías, pero sin duda alguna podía sentir la presencia de que algo o alguien había despertado.

—¡Princesa!—

Tomó a Zelda de la mano para llevarla hacia detrás de él, y en un solo movimiento blandeó la espada dando un corte vertical, pues una flecha había ido en su dirección, la flecha fue repelida por el metal de la espada maestra y desviada por la misma. Pero era algo raro, esa flecha al golpear el suelo del jardín real se convirtió en líquido, líquido que parecía robarle la vida a las plantas que se bañaban de su esencia.

La entrega y lealtad de Link nunca paraban de sorprender a la princesa, por lo que no pudo evitar que una genuina sonrisa se dibujase en su rostro tras oír dicha respuesta.

—Muchas gracias, Link. Sé que siempre puedo contar contigo. — Tras decir esto, tomo una de las manos del joven héroe, e inmediatamente comenzó avanzar hacia adelante. — ¡Vamos, no hay tiempo que perder! — Expreso de manera entusiasta, hasta que fue interrumpida por una sensación no del todo esperanzadora.

Mirando hacia todas direcciones con preocupación, volviendo una vez más a ver al héroe legendario, mientras extendía ambos brazos como si estuviese a la defensiva. —¿Sientes eso? —

Sus ojos se fijaron en los opuestos, no sabía que contestar, ya que era claro que si la seguiría al fin del mundo de ser necesario. Por lo que cerró momentaneamente los ojos solo para afirmar y dejar salir una sonrisa en sus labios.

—La acompañaré con gusto princesa.—

Dicho eso miró a su alrededor mientras que su mano derecha comenzaba a causarle una pequeña molestia, como si algo no estuviera bien. Ya que desde que había tenido ese nuevo brazo siempre que le causaba alguna sensación significaba que algo estaba por ocurrir.

Al escuchar las palabras de Link, la princesa no pudo evitar mostrarse un tanto avergonzada. Era cierto, si había alguien que fuese completamente constante y entregado en sus atenciones, era él. Tomando eso en cuenta, lanzo una sutil risilla nerviosa, y sacudió un poco las manos para deshacerse del polvo.

— Tienes razón. Perdona, es solo que me tomaste por sorpresa. En fin… La razón por la que te mande a llamar, fue para invitarte a mi próxima expedición ¿Qué dices? — Pregunto de manera entusiasta, esperando la respuesta del héroe legendario. Por supuesto que Zelda estaba acostumbrada a que este aceptase todas sus propuestas, pero aun con ello, siempre tenía la cordialidad de preguntarle en cada una de esas ocasiones.

Las palabras de la princesa ocasionaron que levantara una ceja sorprendido, ya que él siempre iba en cuanto era llamado, siempre estaba listo para cualquier orden que la mujer quisiera pedir. Pero no hizo ningún comentario, solo se limitó a sonreír de manera torpe al no saber como expresarse.

—Para nada princesa, usted sabe que siempre estoy listo. ¿En qué puedo ayudarle?— Cuestionó a la rubia manteniéndose firme en su lugar, mirándole con sus ojos azules.

En ese instante, Zelda parecía un tanto dispersa. Ocupando su limitado tiempo libre en la recolección de algunas flores en el jardín del reino, abriría paso a que la princesa reflexionase sobre la infinidad de responsabilidades que llevaba sobre sus hombros. Por supuesto que estaba exhausta, sin embargo, no aprecia tener intenciones de retroceder o darse por vencida. A pesar de ello, por estar tan envuelta en sus propios pensamientos, aquella voz tan familiar definitivamente la tomo por sorpresa, e incluso provoco que la misma pegase un pequeño salto.

— ¿Eh?, ¡Link! Que grata sorpresa. Si, había estado buscándote, pero no creí vinieras tan pronto. — Respondió de manera risueña, mientras giraba su cuerpo para verle frente a frente.

Entraría al jardín de la princesa, este usando su atuendo clásico. Aún así, bien equipado por si había problemas, en su espalda estaba la espada maestra, al igual que el legendario escudo de Hyrule. Tras dar un par de pasos hasta donde se encontraba la mujer, este haría sonar sus talones.

—Hmh... Princesa, me dijeron que quería verme.—

Sus ojos se cerraron un momento mientras que inhalaba aire por la nariz, haciendo que su pecho se infle momentaneamente para luego soltarlo por la boca y abrir los ojos nuevamente, enfocando con ellos la figura de la princesa.