Curvo levemente las comisuras de sus labios el escuchar al contrario. Quizás había sido algo ingenuo pero si lograba sacar alguna sonrisa de mas, estaría mas que feliz de serlo. — No ha sido nada. Y claro que funcionaria. No he conocido a nadie a quien no le agrade el pastel.

De entre sus labios se escaparía aquella efímera risa jovial, cuál procuraba cohibir, sin embargo fallo al no resultarle descabellado, todo lo contrario, eficaz. Tal vez sería malinterpretado, conjeturo. — Gracias. Supongo que funcionará acudir por algo de pastel y un café, concluyendo en hablar demás.

Ladeo la cabeza mirando atento al mayor. Una pequeña sonrisa curvo sus labios antes de explicar sus palabras — Son como ... como palabras secretas. Algo que solo tu y la otra persona puedan entender. Por ejemplo ... si te sientes triste o necesitas hablar sobre algo, quizás puedas decir "¿Vamos por pastel" — Adquirió demasiado convencido de sus palabras. — Así podrás disfrutar de una rebanada de pastel mientras hablas sobre lo que necesites. .

Atendió bastante interesado por la propuesta, con un pensamiento más optimista ante una futura solución e instantáneamente correspondió la candida sonrisa. — ¿Un código secreto? Tendrás que explicarme cómo hacerlo. — Hizo una diminuta pausa silente. — Aún así debo cambiar ese aspecto, no deseo perder amistades.

Tras escuchar la declaración del contrario, un pensamiento fugaz llego a su mente haciéndole alzar la mirada. — Creo que tengo una idea — Agrego con cierto entusiasmo en sus palabras — Si se te es difícil preguntar por ayuda ... quizás no sea necesario que lo digas, quizás solo debas ... mandar una señal. Como un código secreto — Asintió seguro de sus palabras y dedicándole a la vez una cálida sonrisa.

Toda atención aún proseguía en el albino, especialmente sobre la afable sonrisa. —Por supuesto, lo sé. Lo tengo claro y en mente. — Cerró ambos párpados por un instante para confesar en total franqueza y parsimonia. — Soy una persona que no se permite solicitar ayuda. Es algo que debo considerar en cambiar. — Algo absurdo para su posición, sin embargo por algo se empieza.

Quizás fue su imaginación, pero pudo notar como una pequeña sonrisa era oculta bajo aquel suspiro. Sus labios se curvaron al ver tal gesto mientras su atención se mantenía en sus palabras — Y a mi ... — Asintió con la mirada. — Aunque ... también me gustaría ... ser de ayuda algún día. Sabes que puedes contar conmigo, no estas solo.

Libero un sutil suspiro, procurando cohibir su risa de tan solo escucharlo; palabras inusuales, sin embargo, consideradas halagadoras, en especial el enternecedor ademán. — Supongo que una vez más he sido de ayuda. Realmente me alegra serlo. — Confesó e inmediatamente suprimió su inquietud con tan solo presenciar enternecedora sonrisa. Para él simple gesto es más que suficiente.

Alzo la vista hacia él luego de escuchar sus palabras — ¿En serio? ... — Cuestiono ladeando levemente la cabeza para continuar — Es difícil de creer, al menos conmigo debo admitir que haz dado en el clavo mas de una vez. — Adquirió aun llevando aquella sonrisa en su rostro. El clima gris que yacía sobre él comenzaba a evaporarse poco a poco al igual que las interrogantes de tanto lo angustiaban.

— Error, soy un simple humano, no puedo predecir a los demás u situaciones como para tener una respuesta a todo, existen momentos bastante cotidianos dónde no puedo lograrlo. — Con total franqueza admitió, por supuesto, su día a día estaba saturado de fallos, uno que otro mínimo, no obstante proseguiría sutilmente optimista. — Confío plenamente en que lograrás aquello que te propongas hacer. — Elevó diminutamente más ambas comisuras pese a que no fuera observado.